Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.
M-B
viernes, 27 de enero de 2012
fragmento del libro "escucha pequeño hombrecito" o mujer tambien aplica
Uno de mis libros de cabecera…
De “Escucha hombre pequeño” o mujer pequeña, se ajusta a los dos.
Imagínate, pequeño hombrecito, ¿cómo se sentiría un águila que estuviese empollando huevos de gallina? En un principio el águila piensa que está empollando pequeñas águilas que irán a tomar un tamaño idéntico al suyo, pero resulta que siempre son pollos. Desesperada, el águila espera que los pollos todavía puedan llegar a ser águilas. El tiempo pasa y resulta que finalmente, son gallinas cacareantes.
Entonces, nace en el águila la tentación de comerse a los pollos y gallinas de una sola vez. Sólo un pequeño resto de esperanza le impide hacerlo. La esperanza de que algún día surja del bando de pollos una pequeña águila capaz de medir la distancia a partir de las cimas de las montañas, de detectar nuevos mundos, nuevas formas de pensar y de vivir. Y sólo esta esperanza impide al águila triste y solitaria devorar a los pollos y gallinas, que ni siquiera se dan cuenta de que ella los sustenta y acoge, que viven en un escarpado peñasco, muy arriba de los valles oscuros y húmedos.
Nunca verán a la distancia como el águila solitaria. Se limitarán a engullir lo que el águila, día tras día, les traiga de alimento. Se dejarán calentar bajo sus poderosas alas siempre que llueva o truene, mientras ella soporta la tempestad sin protección alguna.
O llegaron a tirarle piedras por la espalda en los peores momentos; al darse cuenta de esto, su primer impulso fue de despedazarlos, pero, pensándolo mejor, se llenó de compasión. Esperaba todavía que algún día hubiera de surgir, de entre los miopes pollos cacareantes, un águila pequeña, capaz de acompañarlo.
Hasta hoy, el águila no ha desistido, de modo que continúa criando pollos.
Tú no quieres ser águila, pequeño hombrecito, y es por eso que eres devorado por los buitres, tienes miedo de las águilas y es por eso que vives en grandes manadas.
Porque algunas de tus gallinas empollaron huevos de buitre, y los buitres se convirtieron en tus jefes, entonces, contra las águilas. Las águilas desearían haberte llevado más lejos, más alto. Los buitres te enseñaron a comer cadáveres, a contentarte con algunos granos de trigo y a berrear: "¡VIVA EL
GRAN BUITRE!".
Y a pesar de tus privaciones y de tu condenación masiva, sigues teniendo miedo de las águilas que protegen a tus pollos.
Construiste sobre la arena tu casa, tu vida, tu cultura, tu civilización, tu ciencia y técnica, tu amor y tu educación infantil.
No lo sabes, pequeño hombrecito, ni quieres saberlo y destruyes al gran hombre que intenta decírtelo. En tu agonía son siempre las mismas cuestiones las que te afligen:
"Mi hijo es obstinado, destructivo, de noche tiene pesadillas, no logra concentrarse en su trabajo escolar, sufre de estreñimiento, tiene mal color, es un niño cruel, ¿qué he de hacer? ¡Ayúdenme!".
O: "Otra guerra, después de haber luchado en una que debería poner fin a todas las otras, ¿qué podemos hacer?".
O: "La civilización de que tanto nos enorgullecemos está por decaer en un proceso de inflación. Hay millones de personas con hambre, gente que mata, roba, destruye y abandona toda esperanza. ¿Qué habremos de hacer?".
"¿Qué habremos de hacer?", es tu interrogación milenaria.
El destino de toda adquisición cultural importante en la cual prevalezca la verdad sobre la seguridad, es la de ser ávidamente devorada por ti y en seguida defecada.
Muchos fueron los hombres con coraje y solitarios que te dijeron lo que deberías de hacer. Y siempre distorsionaste lo que te era comunicado, siempre los llevaste a la amargura y la destrucción. Siempre les tomaste la palabra por el lado equivocado, prefiriendo como regla de la vida el pequeño margen de errores, en vez de la gran verdad; en el cristianismo, en la formación socialista, en el concepto de soberanía popular, en todo lo que tocaste, pequeño hombrecito. Preguntas: ¿por qué es así? No creo que tomes la cuestión en serio y me vas a odiar cuando escuches la verdad: construiste tu casa sobre la arena y proseguiste así a lo largo de los siglos, porque eres incapaz de respetar la vida, porque hasta el amor de tus hijos destruyes antes de que haya podido florecer; porque no soportas ninguna forma de espontaneidad, ningún movimiento libre, vivo y natural. Y porque no puedes tolerarlo te da pánico y preguntas:
"¿Qué irá a decir el señor Pérez?"
Eres cobarde en tu actividad intelectual, porque la actividad intelectual, la vitalidad y el movimiento son parte de tu cuerpo y tú temes a tu cuerpo; muchos fueron los grandes hombres que te decían: escucha a tu voz interior -sigue la verdad de lo que sientes- venera tu amor, pero tú no prestaste atención a tales palabras.
Fueron palabras perdidas en el desierto, apelaciones solitarias que mueren en tu selva desolada, pequeño hombrecito.
jueves, 26 de enero de 2012
SOMOS LO QUE SOMOS
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles,
arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría
porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque
no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta,
un Clavel floreciendo y más
fresco que nunca.
El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces
tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
La flor contestó:
Quizás sea porque siempre supuse que cuando me
plantaste querías claveles.
Si hubieras querido un Roble,
lo habrías plantado.
En aquel momento me dije:
Intentaré ser Clavel de la mejor manera
que pueda y heme aquí el más
hermoso y bello clavel de tu jardín."
Así a veces nos pasa a nosotros ……
Vivimos marchitándonos; en nuestras
propias insatisfacciones, en nuestras
absurdas comparaciones con los demás...
Si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera...
Siempre conjugando un futuro incierto, en vez del presente
concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad
es un estado subjetivo y voluntario.
Podemos elegir hoy, estar felices con lo que
somos, con lo que tenemos o vivir amargados
por lo que no tenemos o no podemos ser.
Sólo podremos florecer el día que aceptemos
que SOMOS LO QUE SOMOS....que Dios nos hizo
únicos e irrepetibles, y que nadie puede hacer
lo que nosotros venimos a hacer.
Lluvia-reina del norte
(asi es su pseudonimo)
arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría
porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque
no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta,
un Clavel floreciendo y más
fresco que nunca.
El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces
tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
La flor contestó:
Quizás sea porque siempre supuse que cuando me
plantaste querías claveles.
Si hubieras querido un Roble,
lo habrías plantado.
En aquel momento me dije:
Intentaré ser Clavel de la mejor manera
que pueda y heme aquí el más
hermoso y bello clavel de tu jardín."
Así a veces nos pasa a nosotros ……
Vivimos marchitándonos; en nuestras
propias insatisfacciones, en nuestras
absurdas comparaciones con los demás...
Si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera...
Siempre conjugando un futuro incierto, en vez del presente
concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad
es un estado subjetivo y voluntario.
Podemos elegir hoy, estar felices con lo que
somos, con lo que tenemos o vivir amargados
por lo que no tenemos o no podemos ser.
Sólo podremos florecer el día que aceptemos
que SOMOS LO QUE SOMOS....que Dios nos hizo
únicos e irrepetibles, y que nadie puede hacer
lo que nosotros venimos a hacer.
Lluvia-reina del norte
(asi es su pseudonimo)
miércoles, 25 de enero de 2012
Hoy no quiero saber de ti
Hoy no quiero saber de ti, no quiero tenerte frente a mí, mi vida es perfecta, todo está en orden, tranquila, trabajo, familia, economía, todo es perfecto.
Mis amistades me buscan, invitaciones a salir, cine, café, comidas, salidas a muchos lugares, como debe ser, como deben estar las cosas.
Siento tranquilidad y así quiero vivir.
Poco a poco se van alejando mis demonios.
Me he hecho mil juramentos de no responderte, no decir nada, mantenerme en silencio para ti. Por fin estoy donde quiero y como quiero.
Sé que suena mi comodidad a conformismo, a tibieza, pero eso quiero ahora, no hacer nada, las marcas de quien me tomo de la mano, lo hizo tan fuerte que dejo una huella en ella y no sé si quiero tomar la tuya, si hay razones para dejar lo que soy y poder tomarte.
Pero veo tu foto, tu sonrisa, recuerdos de nuestras charlas, llenan mi mente de sueños, pensamientos, planes que sin que tú los sepas ya hice para nosotros, caminar, reír y muchos más que están esperando ser realizados juntos.
Veo tu foto y lucho por no decirte nada, pero me ganas, me vences, me haces querer tu abrazo, todo lo que me da fuerza frente a ti es debilidad.
Tienes el toque de un mago para generar en mi la sensibilidad y sencillez de hablar, de decir, de responder. ¿Cómo puedo detenerme ante eso? ¿Cómo puedo detenerte ante esto?
Te descubro, en tus debilidades que me dan fuerza, pero mis debilidades hacen que quiera tus brazos y salir huyendo, o ser invisible y quedarme junto a ti, sin que me veas, quedarme en silencio junto a ti, verte trabajar, leer, escribir, pensar, solo verte en silencio, y ver que roba tu atención y hace que dejes de pesar en mi, y en ese momento saber que estamos bien.
Que seas un caballero como siempre y por momentos dejes de serlo, solo para mí. Seas solo un hombre que responde a lo que soy, que despierte tu mente y todo lo que eres por mí.
No puedo dejar de hablarte y de saber de ti, de tus locuras, tus pensamientos, de lo que haces y que no estás quieto un minuto, estas generando, corriendo y me da miedo en esa carrera no estar a tu ritmo.
Eso me da miedo, temor de poder ir a tu paso, caminas y te detienes, ¿cómo logras eso?
¿Puedo ser parte de ti? Admiro lo que eres y haces, te veo comprometido con lo que eres y eso no es muy común, he visto quienes tropiezan y tropiezan sin detenerse, tú estoico esperas, miras, analizas, respondes.
Eso me agrada y me hace pensar mejor mis respuestas, no quedarme con una conversación de monosílabos, sino enfertarte y ver detrás de esa fortaleza y seguridad lo que eres.
Sé que detrás de tu fuerza hay cosas lindas y cuando llegue ese lugar no podrás detenerme ni detenerte, se qué esperas a distancia, respetuoso, y quiero…
Pero mejor espero que queramos juntos…
K Eco
Mis amistades me buscan, invitaciones a salir, cine, café, comidas, salidas a muchos lugares, como debe ser, como deben estar las cosas.
Siento tranquilidad y así quiero vivir.
Poco a poco se van alejando mis demonios.
Me he hecho mil juramentos de no responderte, no decir nada, mantenerme en silencio para ti. Por fin estoy donde quiero y como quiero.
Sé que suena mi comodidad a conformismo, a tibieza, pero eso quiero ahora, no hacer nada, las marcas de quien me tomo de la mano, lo hizo tan fuerte que dejo una huella en ella y no sé si quiero tomar la tuya, si hay razones para dejar lo que soy y poder tomarte.
Pero veo tu foto, tu sonrisa, recuerdos de nuestras charlas, llenan mi mente de sueños, pensamientos, planes que sin que tú los sepas ya hice para nosotros, caminar, reír y muchos más que están esperando ser realizados juntos.
Veo tu foto y lucho por no decirte nada, pero me ganas, me vences, me haces querer tu abrazo, todo lo que me da fuerza frente a ti es debilidad.
Tienes el toque de un mago para generar en mi la sensibilidad y sencillez de hablar, de decir, de responder. ¿Cómo puedo detenerme ante eso? ¿Cómo puedo detenerte ante esto?
Te descubro, en tus debilidades que me dan fuerza, pero mis debilidades hacen que quiera tus brazos y salir huyendo, o ser invisible y quedarme junto a ti, sin que me veas, quedarme en silencio junto a ti, verte trabajar, leer, escribir, pensar, solo verte en silencio, y ver que roba tu atención y hace que dejes de pesar en mi, y en ese momento saber que estamos bien.
Que seas un caballero como siempre y por momentos dejes de serlo, solo para mí. Seas solo un hombre que responde a lo que soy, que despierte tu mente y todo lo que eres por mí.
No puedo dejar de hablarte y de saber de ti, de tus locuras, tus pensamientos, de lo que haces y que no estás quieto un minuto, estas generando, corriendo y me da miedo en esa carrera no estar a tu ritmo.
Eso me da miedo, temor de poder ir a tu paso, caminas y te detienes, ¿cómo logras eso?
¿Puedo ser parte de ti? Admiro lo que eres y haces, te veo comprometido con lo que eres y eso no es muy común, he visto quienes tropiezan y tropiezan sin detenerse, tú estoico esperas, miras, analizas, respondes.
Eso me agrada y me hace pensar mejor mis respuestas, no quedarme con una conversación de monosílabos, sino enfertarte y ver detrás de esa fortaleza y seguridad lo que eres.
Sé que detrás de tu fuerza hay cosas lindas y cuando llegue ese lugar no podrás detenerme ni detenerte, se qué esperas a distancia, respetuoso, y quiero…
Pero mejor espero que queramos juntos…
K Eco
martes, 24 de enero de 2012
Tienes que recordar que Te Amo
Después del terremoto en Turquia, cuando los rescatistas comenzaron a buscar sobrevivientes entre las ruinas de la casa de una joven mujer, vieron el cuerpo de ella por uno de los orificios de las ruinas de la casa. Les pareció extraña la postura del cuerpo, estaba sobre sus rodillas y su cuerpo hacia adelante como cua ...ndo una persona se arrodilla para adorar, con el rostro hacia el suelo; su cuerpo estaba inclinado hacia adelante y sus manos estaban sujetas a algún objeto. El peso de la casa quebró su espalda y su cuello. Con mucha dificultad, el líder del equipo de rescate puso sus manos y brazos para ver si la mujer aun estaba con vida. Pero la dureza del cuerpo y la temperatura del mismo, anunciaban que la mujer había muerto. El tenía la esperanza de que la mujer aun estaría con vida. Él y su equipo salieron de las ruinas de la casa para seguir su trabajo en busca de más víctimas. Por alguna razón, el líder del equipo sintió una necesidad enorme de regresar a donde el cuerpo de la mujer se encontraba. Una vez más se arrodilló y puso sus manos en el espacio que les permitía alcanzar el cuerpo y decidió de revisar debajo de ese cuerpo sin vida. Instantáneamente empezó a gritar: "¡Un niño! ¡Hay un niño aquí!" El equipo entero regresó para cuidadosamente remover los escombros alrededor del cuerpo de la mujer. Ahí encontraron un niño de 3 meses de edad envuelto en una frazada estampada con flores debajo del cuerpo de la madre. Obviamente , la mujer hizo su ultimo sacrificio por salvar a su hijo. Cuando la casa comenzó a caer, ella uso su cuerpo para proteger a su hijo. El pequeño niño aun dormía cuando el equipo lo levanto de los escombros. El doctor del equipo vino enseguida a revisar al pequeño. Una vez que abrió la frazada, vio un celular dentro. Había un mensaje de texto en la pantalla que decía: "Si puedes sobrevivir, tu tienes que recordar que TE AMO". El celular pasó por cada uno de los miembros del equipo de rescate. Cada persona que leyó el mensaje, no pudo más que llorar. "Si puedes sobrevivir, tu tienes que recordar que te AMO". Cuán grande es el amor de una madre por su hijo!!!
Noticia del mundo...
domingo, 22 de enero de 2012
Carta a Mafalda de su amigo Miguelito
Querida Mafalda:
En este día tan especial me acordé de tu cumpleaños...
¡Cómo pasa el tiempo!
Nacimos en el corazón de un país que soñaba.
¡Cuantas utopías! ¡Cuantos deseos de crecer, de mejorar las cosas!
Nos tocó convivir con un tiempo de hombres creativos: Luther King, Che Guevara, Juan XXIII, John Kennedy; nos trasmitieron el sentido de la justicia, el valor de los sentimientos, la maravillosa aventura de pensar con la propia cabeza...
Ayer me preguntaba por nuestra amiga Libertad, aquella pequeñita que un día encontraste en una playa, no me acuerdo si era Santa Teresita o Mar del Tuyu, me acuerdo todavía cuando la presentaste a tus padres...
Era vivaracha y quemadita por el sol de febrero.
¿Donde vive Libertad? ¿Es verdad que la mataron durante la dictadura?
Dicen que la torturaron y su cuerpo desapareció en el Río de la Plata....
Me cuesta pensar que se murieron sus sueños. ¿Y si vive? ¿Estará filosofando sobre la fragilidad de las cosas y el sentido de la vida?
¿Qué fue de Susanita? ¿Se casó? ¿Pudo realizar su vocación de ser madre?
La imagino viviendo en alguna ciudad de provincia, paseando del brazo del marido (un hombre bajo y calvo) en una tarde de verano, contenta con sus hijos y cuidando el primer nieto, realizada como tantas comunes mujeres...
Supe de Manolito, que perdió sus ahorros durante el corralito y no soportó tanta crisis. Los últimos días lo vieron cabizbajo, murmurando palabras incoherentes, abandonado como un mendigo en una estación de trenes, triste y abatido como tantos...
Se que Felipe vive en La Habana, que probó con el cine, que tiene un taxi y que habla a los turistas de Fidel y de la revolución con el mismo entusiasmo de cuando vivía en Buenos Aires...
A Guille, tu hermano, lo escuche tocar, hace poco, en la Scala de Milano. Vive en Ginebra, nunca se arrepiente de haber emigrado en los últimos años de Alfonsín, me contó que es feliz con su nueva pareja...
Y vos, querida amiga, ¿cómo estás?
Hace tanto tiempo que no tengo noticias tuyas.
Sé, por otros, que seguis escuchando la radio, que lees los diarios del mundo, que te duele el Irak como te dolía Vietnam, se que trabajas para la FAO por los pueblos del hambre, que estás indignada por la prepotencia de Bush.
Me llegó tu pedido para juntar medicinas para los Médicos sin Fronteras, se que siguen las reuniones en tu casa de París, que estas confundida, inquieta y preocupada por el futuro del mundo...
En fin, Mafalda, se lo suficiente como para saber que seguis viva, viva en el alma, niña como siempre...
De parte mía sigo escribiendo siempre, renegando porque me falta tiempo; creyendo, como siempre, en el valor de la sinceridad, perdiendo oportunidades por manifestar mis ideas.
Algunos días estoy triste y deprimido, pero puede siempre más la alegría que la tristeza...
El mundo no mejoro mucho desde la época en que vivíamos juntos en nuestra patria.
A veces, cuando miro el globo terráqueo, encuentro tu mirada, pienso en todos aquellos que lo miran como vos, en los ojos de los que protestan, de los que no se conforman, y de los que viven en la atmósfera del optimismo y de la justicia..
Esos ojos, junto a los míos, te desean un buen día, querida amiga, por otros cuarenta años tan intensos y jóvenes como los que has vivido.
Un beso grande de tu amigo que te quiere como siempre.
Miguelito.
Charlando
Charlando
Hablemos
No de amor, no de ternura,
Pasión o deseo.
Háblame de ti
¿Quién eres?, ¿Qué haces?
Después de mí,
Del nosotros.
Hablemos de lo que sea,
Pero hablemos siempre…
C A P
Hablemos
No de amor, no de ternura,
Pasión o deseo.
Háblame de ti
¿Quién eres?, ¿Qué haces?
Después de mí,
Del nosotros.
Hablemos de lo que sea,
Pero hablemos siempre…
C A P
sábado, 21 de enero de 2012
Sin maletas
Comparto este texto que llegó a las puertas de esta redacción jeje espero les guste.
Gracias por sus comentarios y nutrir este blog...
Gracias por sus comentarios y nutrir este blog...
Sin maletas
Me he dado cuenta que me enseñaron a cargar muchas cosas, decía mi abuela que tenia que ser muy precavida y traer lo necesario para cualquier emergencia, y lo único que hizo fue que trajera mis bolsas, maletas y mi vida llena de cosas que no ocupo y cada día me estorban más.
Traigo en mi bolsa medicina que ya ni recuerdo para que sirve, peine espejo y maquillaje de 24 horas que todavía no se por que traerlo, sino lo ocupo y si podría seguir recordando en mi en mi bolsa, las bolsas y maletas de mis amigas y mi madre y demás mujeres que conozco.
Una de ellas guardaba la envoltura de un dulce de su primer amor, ya no se reconocía nada solo un pedazo de papel sin color y manchado por los años.
También en mi vida traigo o traía muchas cosas que ya no que ya no se porque las guardaba y se han convertido en un enorme ropero de cajones y cosas para colgar y que muy pocas me sirven, pero si pesan mucho.
Me di cuenta que cuenta que traía guardado un rencor por una amiga y no recuerdo por que, sólo se que por algo no debía hablarle. Irónico, ¿no?
Me doy cuenta de que estoy guardando muchas cosas inútiles, dolores, rencores y cosas que he etiquetado con el alias de “falsas amigas” y muchas más con la etiqueta de “hombres” que no me deja guardar cosas nuevas, que solo me han hecho comparar y complicarme mi existencia, muchos de ellos o ellas ya no están en mi vida, y yo como tonta sigo cargándolos.
Que bien se siente salir a la calle solo con lo que cabe en mi pantalón; aunque no todos los días puedo hacerlo, intentaré que sean más días así. Lo mismo haré con mis recuerdos.
Dejar los más lindos, pero como un recuerdo y no como un obstáculo que o me deja conocer nada nuevo, dejar como dice un gran hombre de bella sonrisa, que la vida me sorprenda y poner las cosas en su sitio.
Los recuerdos a su lugar, donde no me hagan daño y pueda vivir cosas nuevas. Creo que merezco y necesito eso, salir solo por salir, sin que la memoria me controle en todo, como cuando era niña y si portando las cicatrices que mis caídas me han dado.
He visto amigas que desnudan sus cuerpos pero no sus recuerdos, y no salen de ahí. Convierten a muchos en eso, un recuerdo, de unas horas, de una noche y nada más.
Otras guardamos cosas y recuerdos que sí los hombres supieran caerían de un infarto fulminante al suelo. Momentos tan breves y cortos que ocupan mucho espacio en mis maletas y mi bolsa.
Que complicado es cuando tengo que mudarme, mi ropa, libros en unas cajas caben, pero mis recuerdos en especial los malos que complicado ha sido sacarlos, aunque como decía de algunos ya ni recuerdo por que los guarde.
Quiero salir sin tantas cosas, poder subir y bajar sin tanto peso. Poder mostrarme ante él sin ropa ni recuerdos que me hacen daño, por que quiero que con él sean muchos nuevos y no solo recuerdos, sino momentos, y sacarlos como un álbum de fotos cuando seamos viejitos.
Ayúdame a juntar muchos recuerdos y un día sentarnos juntos con nuestras vidas desgastadas a verlos y que sean tantos que necesitemos otra vida para recordarlos todos.
K-Eco
Soy una heroína...
Soy una heroína
Hoy le dije al despertador cinco minutos más y no me hizo caso, corrí como rayo para estar lista, me dije: “báñate rápido, arréglate el cabello y maquíllate, hoy hay cosas importantes en el trabajo”, un desayuno rápido y el café hasta la oficina.
Salí corriendo, tome el autobús y luche por alcanzarlo, la mirada del chofer me hizo darme cuenta que me veía bien, aunque sus ojos querían traspasar mi ropa, un poco incomoda pero lista, en el camión no hay lugares, hago uso de mi fuerza para sostenerme, mi bolsa y portafolios llenos, mentalmente hago un recuento de lo que traigo: cartera, maquillaje, perfume, dulces y otras cosas que no recuerdo cuando llegaron ahí, sí todo sigue en su lugar, otras mujeres llevan al igual que yo sus bolsas y pendientes, algunos duermen, que bien me caerían 5 minutos de sueño.
Bajo corriendo y llego a mi escritorio, mil recados, pendientes para el día, con mi mirada veloz leo lo más urgente, suena el teléfono, enciendo la computadora, mi jefe habla, ruido, voces, miradas… ¿Cómo estas? Me llego el catalogo, ¿Dónde vas a comer hoy? Señorita, ¿ya tiene todo listo para la junta? Voces y miradas tratan de tirarme, pongo mi escudo y pienso: “es hora de un café” sonrío y camino, leyendo mis pendientes, mi súper mente acomoda todo en su lugar, por fin… café, sin crema y poca azúcar, necesito bajar.
Resuelvo el día, salvo tres veces a mi jefe, cinco a mi amiga, ¿Dónde tiene la cabeza? Su novio no es tan guapo. Suena mi teléfono móvil, preguntas largas, respuestas cortas: “sí, ya compré todo, todo bien mamá” de reojo me veo e el reflejo del vidrio de una ventana, mi cabello no esta como quiero, pero mi mano se encarga de ello, poniéndolo a mi gusto, creo que me hace falta un corte.
Leo, escribo, respondo a la velocidad de la luz, es hora de comer, llega mi amiga, hace que me ponga a pensar porque los hombres solo ven nuestro exterior, su maquillaje se ve a kilómetros, me pongo mis lentes para que no se de cuenta. Es hora de las noticias mientras traen la sopa y el guisado, ella dice: “supiste que X ¿está saliendo con su jefe?
Al chofer le gusta X, no sé porque no salen; ¿viste a fulanito que bien le queda ese pantalón? Mientras trato de recordarlos mi mente se va más lejos de ese comedor, de mi oficina… y mi mente me hace confirmar al oírla hablar, por qué los hombres prefieren a las brutas.
Regreso a la oficina, nada interesante, un cigarro ayuda a volver y esperar la hora de salida, un mensaje a mi teléfono, de ese que su madre no le dio una buena nalgada de chiquito y sólo sabe quitar el tiempo, ¿Cuándo será su cumpleaños? Para regalarle un diccionario.
Salgo a casa, pensando ¿Dónde estas?
Miradas en el camino que quieren traspasar mi ropa, nadie a quien querer quitarle la suya. Camino, respiro, esperando encontrarte en la puerta de mi casa, pero sé que estas lejos. Enciendo mi computadora, mientras me pongo cómoda, me quito el traje de súper héroe, para estar lista para ti, un poco de café para la charla, prepararme para leerte, abro mi página y te leo, me haces sonrojar, me haces reír, sabes hacer que olvide a mis archienemigos junto a mis zapatillas, fuera el maquillaje y demás enemigos de mi día, trafico, ruido, voces, miradas; contigo puedo ser solamente yo, con un pants y sudadera, el cabello recogido, la sonrisa de tu foto y tus palabras me dicen que eso no hace falta.
Puedo ser yo contigo, sin trajes de heroína.
K- Eco
(gracias por compartirme estas lineas K- Eco... Char)
viernes, 20 de enero de 2012
poema de la culpa
Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala Señor, porque la culpa es mía.
Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.
Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
mis labios están dulces por ese amor amargo.
Ella fué como un agua callada que corría ...
Su es culpa tener sed, toda la culpa es mía.
Perdónala Señor, tu que le diste a ella
su frescura de lluvia y esplendor de estrella.
Su alma era transparente como un vaso vacío:
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.
Pero, ¿cómo no amarla, si tu hicistes que fuera
turbadora y fragante como la primavera?
¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?
Trataré de rechazarla, Señor, inutilmente,
como un surco que intenta rechazar el simiente.
Era de otro. Era de otro que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.
Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.
Y ella me dió su amor como se da una rosa
como quien lo da todo, dando tan poca cosa...
Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor ... ni yo tampoco!
La culpa es toda tuya, porque la hicistes bella
y me distes los ojos para mirarla a ella.
Si. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
y si es culpa de un río cuando corre hacia el mar.
Es tan bella, Senor, y es tan suave, y tan clara,
que sería pecado mayor si no la amara.
Y por eso, perdoname, Señor, porque es tan bella,
que tú, que hicistes el agua, y la flor, y la estrella,
tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
tu también la amarías, ¡si pudieras ser hombre!
J-A-B
Perdónala Señor, porque la culpa es mía.
Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.
Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
mis labios están dulces por ese amor amargo.
Ella fué como un agua callada que corría ...
Su es culpa tener sed, toda la culpa es mía.
Perdónala Señor, tu que le diste a ella
su frescura de lluvia y esplendor de estrella.
Su alma era transparente como un vaso vacío:
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.
Pero, ¿cómo no amarla, si tu hicistes que fuera
turbadora y fragante como la primavera?
¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?
Trataré de rechazarla, Señor, inutilmente,
como un surco que intenta rechazar el simiente.
Era de otro. Era de otro que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.
Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
Las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.
Y ella me dió su amor como se da una rosa
como quien lo da todo, dando tan poca cosa...
Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor ... ni yo tampoco!
La culpa es toda tuya, porque la hicistes bella
y me distes los ojos para mirarla a ella.
Si. Nuestra culpa es tuya, si es una culpa amar
y si es culpa de un río cuando corre hacia el mar.
Es tan bella, Senor, y es tan suave, y tan clara,
que sería pecado mayor si no la amara.
Y por eso, perdoname, Señor, porque es tan bella,
que tú, que hicistes el agua, y la flor, y la estrella,
tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
tu también la amarías, ¡si pudieras ser hombre!
J-A-B
Comparto estas lineas que me incluyen indirectamente, gracias K, quiere dejar anonimo su nombre, solo es K para los cuates jeje
Ya no soy esa mujer…
Estoy tomando las riendas de mi vida, he descubierto lo que no quiero, y me comprometo con lo que sí quiero, nadie puede apartarme de esa línea, estoy limpiando mis recuerdos, mis expectativas y proyectos, viendo que es real, que es fantasía.
Personas se cruzan por mi vida, solo ven un exterior y en vehículo que Dios me regalo pero no he sabido usar, pues muchos no ven más al ...lá que una figura, un rostro o una idea.
Quiero me descubras, veas en mi todo lo que soy, con mis miedos y alegrías, mis dudas y aciertos, que pueda confiar en ti sin sentir el temor a sentirme criticada, o sentirme vulnerable.
Sentir que puedo decir que quiero y como lo quiero y respondas a eso.
Dejar de jugar con mi mente que vuela a mil por hora y quedarme con tu respuesta, no luchar contigo y si responder y corresponder a lo que somos.
Veo que puedo y tengo todo para responder más allá de unas zapatillas y o un labial.
Que mi falda guarda secretos que quieren ser revelados, y necesitan ser expresados.
Ya no me cubriré como una delincuente de sentimientos. Mostraré lo que siento, con el cuidado y respeto de no ofender, mostrarme tal cual soy, porque quiero veas tal cual soy, la mujer, amiga que puede un día no tener ganas de ser abrazada, escuchada y aunque no siempre estemos de acuerdo, aun en esos momentos sé que estás viendo mas allá que muchos, porque te he dejado verme tal cual soy.
¿Por qué mi madre y abuela me llenaron de tantas ideas sobre ti, sobre ustedes? ¿Por qué no me enseñaron a ser lo que soy y no mostrar lo que no soy y solo nos ha alejado?
Ya me di cuenta, cargo mi historia pero solo lo que me toca, dejo fuera de mi todo lo que no me sirve y me ha controlado, pero ya no, no más.
Veme como me ves, completa, sencilla, llorona, miedosa, alegre y con muchas cosas por hacer, unas juntos, otras solo compartidas en una carta, en una llamada o en un café.
Les diré a mi hija cuando llegue, que ella debe superarme, esa envidia que nos caracteriza entre mujeres, no la recibirá de mi, que debe ir más allá de donde yo he llegado y que el miedo nunca se irá, que a veces ayuda, que a veces da valor, pero debemos de aprender a vivir con él.
Gracias Charly por dejarme descubrirme, solo ser yo… espero encuentres tu respuesta a tu ayuno y por enseñarme el valor de ayunar.
por la ayuda de Carlos Escorza O gracias por tus respuestas... eres genial
Estoy tomando las riendas de mi vida, he descubierto lo que no quiero, y me comprometo con lo que sí quiero, nadie puede apartarme de esa línea, estoy limpiando mis recuerdos, mis expectativas y proyectos, viendo que es real, que es fantasía.
Personas se cruzan por mi vida, solo ven un exterior y en vehículo que Dios me regalo pero no he sabido usar, pues muchos no ven más al ...lá que una figura, un rostro o una idea.
Quiero me descubras, veas en mi todo lo que soy, con mis miedos y alegrías, mis dudas y aciertos, que pueda confiar en ti sin sentir el temor a sentirme criticada, o sentirme vulnerable.
Sentir que puedo decir que quiero y como lo quiero y respondas a eso.
Dejar de jugar con mi mente que vuela a mil por hora y quedarme con tu respuesta, no luchar contigo y si responder y corresponder a lo que somos.
Veo que puedo y tengo todo para responder más allá de unas zapatillas y o un labial.
Que mi falda guarda secretos que quieren ser revelados, y necesitan ser expresados.
Ya no me cubriré como una delincuente de sentimientos. Mostraré lo que siento, con el cuidado y respeto de no ofender, mostrarme tal cual soy, porque quiero veas tal cual soy, la mujer, amiga que puede un día no tener ganas de ser abrazada, escuchada y aunque no siempre estemos de acuerdo, aun en esos momentos sé que estás viendo mas allá que muchos, porque te he dejado verme tal cual soy.
¿Por qué mi madre y abuela me llenaron de tantas ideas sobre ti, sobre ustedes? ¿Por qué no me enseñaron a ser lo que soy y no mostrar lo que no soy y solo nos ha alejado?
Ya me di cuenta, cargo mi historia pero solo lo que me toca, dejo fuera de mi todo lo que no me sirve y me ha controlado, pero ya no, no más.
Veme como me ves, completa, sencilla, llorona, miedosa, alegre y con muchas cosas por hacer, unas juntos, otras solo compartidas en una carta, en una llamada o en un café.
Les diré a mi hija cuando llegue, que ella debe superarme, esa envidia que nos caracteriza entre mujeres, no la recibirá de mi, que debe ir más allá de donde yo he llegado y que el miedo nunca se irá, que a veces ayuda, que a veces da valor, pero debemos de aprender a vivir con él.
Gracias Charly por dejarme descubrirme, solo ser yo… espero encuentres tu respuesta a tu ayuno y por enseñarme el valor de ayunar.
por la ayuda de Carlos Escorza O gracias por tus respuestas... eres genial
Gracias K por compartirme esto...
martes, 17 de enero de 2012
Los anhelos de una mujer
'' Verdaderos anhelos de una mujer '' (Una Reflexión para ti) Conozco a demasiadas y realmente hermosas mujeres que piensan que no son muy bonitas... Duele ... porque es culpa nuestra, a los hombres es a los que me refiero. Las hacemos sentir como que tuvieran que ser perfectas. ¿Sabes a qué me refiero, vientre plano, senos grandes, nalgas redondas, piernas largas, labios sensuales, y encima de todo eso, tienen que vestir como una prostituta, y actuar como tales ... nadie podría medirlo... y no es justo ... porque nadie debería tener que hacerlo. Las mujeres prefieren ser llamadas "guapas" en lugar de Hot o sexy. Las pequeñas imperfecciones son lo que hacen a las personas especiales. Si todo el mundo fuera perfecto, el mundo sería tan aburrido, la variedad es lo que hace la vida interesante. Así que hombres, dejen de hacer que las mujeres tengan que estar a la altura de sus sueños, lo siento... dejen de seguir engañados con fantasías y visiones de la perfección. Dejen de actuar como niños y comiencen a ser hombres... dense cuenta de que las mujeres no existen para complacer nuestros deseos sexuales. Dejen de hablar de ellos sólo para obtener un falso beneficio; sé amable con ellas porque quieres ser su amigo, no porque quieres "conectarte " con ellas. Díganles cosas bonitas, no para halagarlas con la esperanza de que obtendrán algo, sino porque es la verdad y ustedes saben que a ellas les gusta oírla. En pocas palabras... tenemos que crecer y dejar de actuar como "raros o perversos". No todas las mujeres están para buscar algo porque están desesperadas! Ellas quieren un amigo, un amigo y el entendido de que se respeten.... A las amigas que estén de acuerdo en esto y a todas sus amigas que sueñan con un buen tipo. y los pocos chicos que los tienen bien puestos y aceptan publicar este acuerdo de que es una mujer OJALA PUEDAN ENTENDER y acepten dejar de competir, sean lo que son pero al maximo... mas de uno te dará las gracias
CEO
sábado, 14 de enero de 2012
carta a pinocho
Querido Pinocho,
Tenía siete años cuando leí por primera vez tus Aventuras. No podría decirte cuánto me gustaron ni cuántas veces he vuelto a leerlas desde entonces. La verdad es que en ti, niño, me reconocía a mí mismo; en tu ambiente, mi ambiente.
¡Cuántas veces corrías por el bosque, a través de los campos, por la playa, por las calles! Y contigo corrían la Zorra y el Gato, el perro Medoro, los niños de la batalla de los libros. Parecían mis carreras, mis compañeros, las calles y los campos de mi aldea.
Corrías a ver los carromatos que llegaban a la plaza; también yo. Te quejabas, retorcías la boca, metías la cabeza bajo las sábanas antes de beber la amarga medicina; también yo. La rebanada de pan con mantequilla por los dos lados, el pastel de canela, el terrón de azúcar y, en algunos casos, hasta un huevo, una pera, o incluso sus mondaduras, representaban un manjar delicioso para ti, glotón y hambriento como estabas; lo mismo me pasaba a mí.
También yo, al ir y venir de la escuela, me veía enzarzado en "batallas": con bolas de nieve en invierno; a puñetazos y patadas en todas las estaciones del año; unas veces "encajaba"; otras, daba, tratando siempre de equilibrar el "haber" con el "debe" y de no lloriquear en casa, donde, si me hubiera quejado, me habrían quizá dado "el resto".
Y ahora has vuelto. Ya no hablas desde las páginas del libro, sino desde la pantalla de TV. Pero sigues siendo el mismo niño de otro tiempo.
Yo, en cambio, he envejecido. Me encuentro ya, si se puede hablar así, al otro lado de la barricada. Ya no me reconozco en ti, sino en tus consejeros: el maestro Gepeto, Pepe Grillo, el Mirlo, el Papagayo, la Luciérnaga, el Cangrejo, la Marmota.
Ellos intentaron - ¡ay!, sin éxito, excepto en el caso del Atún - darte consejos para tu vida de niño.
Yo intento dártelos para tu futuro de muchacho y de joven. ¡Mucho cuidado! ¡Ni se te ocurra tirarme a mí también el martillo, porque no estoy dispuesto a acabar como el pobre Pepe Grillo!
***
¿Te has dado cuenta de que no he nombrado al Hada entre tus "consejeros"? No me gusta su sistema. Cuando te persiguen los asesinos, llamas desesperado a su puerta; ella se asoma a la ventana con su rostro blanco, como una figura de cera, se niega a abrirte y deja que te cuelguen de un árbol.
Te libra, sí, más tarde, de la encina, pero luego te gasta la pesada broma de meter en tu cuarto de enfermo a aquellos cuatro conejos, negros como el betún, con un pequeño ataúd a sus espaldas.
Aún más. Escapado por milagro de la sartén del Pescador verde, vuelves a casa aterido de frío cuando la noche está ya entrada y el agua cae a cántaros sobre tus espaldas. El Hada hace que te encuentres con la puerta cerrada y, tras muchas llamadas desesperadas, te envía al Caracol, que tarda nueve horas en bajar desde el cuarto piso y en llevarte - medio muerto como estás de hambre - un pan de yeso, un pollo de cartón y cuatro melocotones de alabastro pintados al natural.
Bueno, no se trata así a los niños que se equivocan, sobre todo si están entrando, o han entrado ya, en la edad llamada preciosa o, también, difícil, que va de los 13 a los 16 años, y que de ahora en adelante será la tuya, Pinocho.
La probarás: edad difícil, tanto para ti como para tus educadores. Ya no eres un niño, y rechazarás la compañía, las lecturas, los juegos de los pequeños; pero tampoco eres un hombre, y te sentirás incomprendido y casi rechazado por los adultos.
Y mientras pasas por la extraña experiencia de un rápido crecimiento físico, tendrás la impresión de encontrarte de improviso con unas piernas kilométricas, unos brazos de Briareo y una voz extrañamente cambiada, insólita, irreconocible.
Sentirás una fuerte necesidad de afirmar tu yo: por una parte, entrarás en conflicto con el ambiente de la familia y del colegio; por otra, entrarás a velas desplegadas en la solidaridad de las "pandillas". Por un lado, exiges independencia de la familia; por otro, tienes hambre y sed de ser aceptado por tus compañeros y de depender de ellos.
¡Cuánto miedo a ser distinto de los demás! Adonde va la pandilla, allí quieres ir también tú. Los chistes, el lenguaje y los pasatiempos de los demás los haces tuyos. Vistes como ellos visten: un mes, todos en sweater y vaqueros; al siguiente, todos con cazadoras de cuero, pantalones de color, cordones blancos sobre botas negras. En unas cosas, anticonformistas; en otras, sin daros siquiera cuenta, conformistas al cien por ciento.
¡Y de humor mudable! Hoy, tranquilo y dócil, como cuando tenías 10 años; mañana, arisco como un ulceroso de 70. Hoy quieres ser aviador, mañana estás decidido a ser actor de teatro. Hoy, audaz y despreocupado; mañana, tímido y casi ansioso. ¡Cuánta paciencia, cuánta indulgencia, cuánto amor y comprensión deberá tener contigo el maestro Gepeto!
Hay más: te volverás introspectivo, es decir, comenzarás a mirar dentro de ti y descubrirás cosas nuevas. Aflorará en ti la melancolía, la necesidad de soñar con los ojos abiertos, el sentimiento e incluso el sentimentalismo. Y hasta podrá ocurrir que, en séptimo u octavo de EGB, te "enamores", como el joven David Copperfield, que decía: "Adoro a miss Shepherd. Es una chica de chaquetilla corta, cara redonda y cabellos rizados. Cuando estoy en la iglesia, no puedo leer el misal porque tengo que mirar a miss Shepherd. Pongo a miss Shepherd entre los miembros de la familia real..., en mi cuarto a veces me siento impulsado a exclamar: '¡Oh, miss Shepherd!'... Me gustaría saber por qué he regalado secretamente a miss Shepherd doce nueces. No son un símbolo de afecto... y, sin embargo, siento que es un regalo que le va bien. También doy a miss Shepherd insípidas galletas e innumerables naranjas... Miss Shepherd es la única visión que invade mi alma".
"¿Cómo es posible que, en el espacio de unas pocas semanas, rompa con ella? Se dice por ahí que prefiere al señorito Jones... Un día miss Shepherd hace un gesto al pasar a mi lado y se ríe con su amiga. Todo ha terminado. La devoción de toda una vida ha desaparecido. Miss Shepherd sale de la función religiosa de la mañana dominical, y la familia real ya no la reconoce".
Le pasó a Copperfield. Les pasa a todos. ¡Te pasará también a ti, Pinocho!
***
Pero ¿cómo te ayudarán tus "consejeros"?
Durante el "fenómeno de crecimiento", tu nuevo Pepe Grillo debería ser el viejo Vittorino de Feltre, un pedagogo que quiso mucho a los niños de tu edad y que dio una gran importancia en la educación a los ejercicios al aire libre.
La equitación, el salto, la natación, la esgrima, la caza, la pesca, el tiro al arco, el canto. Pretendía, con estos medios, crear un ambiente sereno en su "Casa alegre" y dar una salida útil a la exuberancia física de sus jóvenes alumnos. De muy buen grado habría hecho suyo lo que más tarde diría Parini:
"¿Qué no podrá hacer un alma audaz
si tiene vida en miembros fuertes?"
Luego, tu amigo Atún, que te llevó sano y salvo a la orilla cuando saliste del vientre del tiburón podrá ayudarte, con su calma y fuerza persuasiva, en la próxima crisis de la autoafirmación de que te he hablado.
Hoy, el sueño de vosotros jóvenes no es sólo el automóvil. Vosotros soñáis con todo un garaje de autos morales: autoelección, autodecisión, autogobierno, autonomía. Hace muy poco, unos muchachos de Bolzano comenzaron una autoescuela dirigida por ellos mismos.
"Justo, diría con su típica calma el sabio Atún, llegar a la autodecisión. Pero poco a poco, paso a paso. No se puede pasar de repente de la total obediencia de niño a la plena autonomía de adulto". Ni se puede usar hoy, para todo, el método duro de un tiempo. A medida que vayas creciendo en edad, Pinocho, crecerá en ti el deseo de autonomía. Pues, bien, haz que crezca también - con la ayuda externa de buenos educadores - la recta conciencia de tus derechos y deberes; haz que crezca el sentido de la responsabilidad, para usar bien de la tan deseada autonomía.
Escucha cómo eran educados, hace más de un siglo, los hermanos Visconti - Venosta. Uno de ellos, Giovanni, era escritor; el otro, Emilio, un político de nuestro Risorgimento: "Uno de los métodos de educación de mi padre consistía en estar con sus hijos el mayor tiempo posible, en exigirnos una confianza ilimitada, devolviéndonos mucha por su parte, y en considerarnos como personas un poco superiores a nuestra edad. Así inculcaba en nosotros el sentido de la responsabilidad y del deber. Nos trataba como a hombres pequeños, cosa que nos halagaba bastante. Por ello nos esforzábamos también por estar a la altura".
***
En tu viaje hacia la autonomía, chocarás quizá, querido Pinocho, como casi todos los jóvenes entre los 17 y los 20 años, con un difícil escollo: el problema de la fe.
Respirarás, en efecto, objeciones antirreligiosas como se respira el aire, en el colegio, en la fábrica, en el cine, etc. Si tu fe es un montón de buen trigo, vendrá todo un ejército de ratones a tomarlo por asalto. Si es un traje, cien manos tratarán de desgarrártelo. Si es una casa, el pico querrá derribarla piedra a piedra. Tendrás que defenderte: hoy, de la fe sólo se conserva lo que se defiende.
Y ten presente dos cosas..
Primera: toda certeza merece estima, aunque no comparta la evidencia de la matemática. La existencia de Napoleón, César o Carlomagno no goza de la certeza del 2 + 2 = 4, pero no por ello deja de ser cierta con una certeza humana, histórica. Del mismo modo es también cierto que existió Cristo, que los apóstoles lo vieron muerto y luego resucitado.
Segunda cosa: al hombre le es necesario el sentido del misterio. De nada sabemos todo, decía Pascal. Sé muchas cosas de mí mismo, pero no todo. No sé exactamente qué es mi vida, mi inteligencia, el grado de mi salud, etc. ¿Cómo puedo entonces pretender comprender y saber todo de Dios?
Las objeciones más frecuentes que oirás irán dirigidas contra la Iglesia. Podrá quizá ayudarte una anécdota contada por Pitigrilli. En Londres, en Hyde Park, un predicador está hablando al aire libre. De cuando en cuando lo interrumpe un individuo despeinado y sucio. "La Iglesia existe desde hace ya dos mil años - salta de repente el individuo - y el mundo está todavía lleno de ladrones, de adúlteros, de asesinos". "Tiene usted razón - responde el predicador -. Pero hace también dos millones de siglos que existe el agua en el mundo y mire cómo tiene usted el cuello".
En otras palabras: ha habido malos Papas, malos sacerdotes, malos católicos. Pero ¿qué significa eso? ¿Que se ha aplicado el Evangelio? No, todo lo contrario. En esos casos no se ha aplicado el Evangelio.
Pinocho mío, sobre los jóvenes hay dos frases famosas. Te recomiendo la primera, de Lacordaire: "Ten una opinión y hazla valer". La segunda es de Clemenceau, y no te la recomiendo en absoluto: "No tiene ideas, pero las defiende con ardor".
***
¿Puedo volver a David Copperfield? El recuerdo de miss Shepherd se ha alejado de él, desde hace algún tiempo, y David, ahora con 17 años, se vuelve a enamorar. Esta vez adora a la señorita Larkins. Se siente feliz con tal de poder hacerle una reverencia cada día. Sólo encuentra alivio si se pone los mejores trajes y se limpia continuamente los zapatos. Sueña: «¡Ay!, si mañana viniera Larkins padre y me dijera: 'Mi hija me ha contado todo. Toma 20 mil libras esterlinas. Sed felices'». Sueña con su tía, que se emociona y bendice su matrimonio. Pero, mientras él sueña, la chica se casa con un cultivador de lúpulo.
David pasa dos semanas hundido: se quita el anillo, se pone los peores trajes, deja de darse brillantina, no se limpia ya los zapatos.
Más tarde llegó el flechazo de Dora: "Era un ser sobrehumano para mí. Era un hada, una sílfide... no sé qué era... todo lo que nadie ha visto jamás... Quedé engullido por un abismo de amor en un instante... precipitado, de cabeza, antes de haberle dicho una sola palabra".
Son citas transparentes: a través de ellas se vislumbran los problemas del amor y del noviazgo, para el que deberás también prepararte, querido Pinocho.
Sobre este punto, algunos defienden hoy una moral muy permisiva. Pero, aún admitiendo que en el pasado se ha sido un poco demasiado rígidos en este tema, los jóvenes no deben aceptar esa permisividad. Su amor debe ser con A mayúscula, hermoso como una flor, precioso como una joya, y no vulgar como un fondo de vaso.
Conviene que acepten imponerse algún sacrificio y mantenerse alejados de personas, lugares y diversiones que les sirvan de ocasión de mal. "No tenéis confianza en mí", dices, "Sí, la tenemos, pero no es desconfianza recordar que todos estamos expuestos a tentaciones. Y sí es, en cambio, amor quitar del camino, al menos, las tentaciones innecesarias".
Mira a los automovilistas: encuentran policías de tránsito, semáforos, pasos peatonales, sentidos únicos, prohibiciones de estacionamiento, cosas todas que, a primera vista, parecen fastidios y límites contra el conductor, cuando en realidad están ahí en su favor, porque lo ayudan a conducir con mayor seguridad.
Y si un día tienes novia - Shepherd o Larkins o Dora -, respétala. Defiéndela de ti mismo. ¿Quieres que se conserve intacta para ti? Muy bien, pero tú consérvate del mismo modo para ella y no hagas caso de ciertos amigos que cuentan sus "hazañas", alardeando y creyéndose "unos machotes" por sus aventuras con mujeres. El verdadero "machote", el hombre fuerte, es el que sabe conquistarse a sí mismo y toma su puesto en las filas de los jóvenes, que son la aristocracia de las almas. Mientras se es novio, el amor debe procurar no tanto el placer sensual cuanto la alegría espiritual y sensible; ha de manifestarse de manera afectuosa, sí, pero correcta y digna.
Consejos parecidos han de impartirse también a la otra parte, con tal que sepa aguantar los "sermones".
"Querida Dora (o señorita Larkins o Shepherd) - le dice su madre -, déjame que te recuerde una ley biológica. La chica, por lo general, tiene mayor dominio de sí que el chico en el aspecto sexual. Si el hombre es más fuerte físicamente, la mujer lo es espiritualmente. Podría casi decirse que Dios decidió hacer depender la bondad de los hombres de la de la mujer. Mañana dependerán un poco de ti el alma de tu marido y las de tus hijos. Hoy, la de tus amigos y la de tu novio. Debes, pues, tener sentido común por dos y saber decir que no en ciertas cosas, incluso cuando todo parecería invitar a decir que sí. El novio mismo, si es bueno, te lo agradecerá en sus mejores momentos y se dirá: 'Mi Dora tiene razón. Tiene una conciencia y la obedece. Mañana me será fiel'. La novia demasiado fácil, en cambio, no ofrece las mismas garantías y corre el riesgo de sembrar desde ahora, con su condescendencia demasiado despreocupada, semillas peligrosas, de las que brotarán en un futuro celos y sospechas por parte del marido".
Aquí paro, Pinocho, pero no me salgas ahora con que no venía a cuento hablar de Dora. Cuando eras niño, tenías al Hada, primero como hermana y luego como madre. Ahora eres adolescente y joven; la única hada que puede hacerte compañía es una novia o una esposa. ¡A no ser que quieras meterte a cura!
¡Pero no te veo la vocación!
Tenía siete años cuando leí por primera vez tus Aventuras. No podría decirte cuánto me gustaron ni cuántas veces he vuelto a leerlas desde entonces. La verdad es que en ti, niño, me reconocía a mí mismo; en tu ambiente, mi ambiente.
¡Cuántas veces corrías por el bosque, a través de los campos, por la playa, por las calles! Y contigo corrían la Zorra y el Gato, el perro Medoro, los niños de la batalla de los libros. Parecían mis carreras, mis compañeros, las calles y los campos de mi aldea.
Corrías a ver los carromatos que llegaban a la plaza; también yo. Te quejabas, retorcías la boca, metías la cabeza bajo las sábanas antes de beber la amarga medicina; también yo. La rebanada de pan con mantequilla por los dos lados, el pastel de canela, el terrón de azúcar y, en algunos casos, hasta un huevo, una pera, o incluso sus mondaduras, representaban un manjar delicioso para ti, glotón y hambriento como estabas; lo mismo me pasaba a mí.
También yo, al ir y venir de la escuela, me veía enzarzado en "batallas": con bolas de nieve en invierno; a puñetazos y patadas en todas las estaciones del año; unas veces "encajaba"; otras, daba, tratando siempre de equilibrar el "haber" con el "debe" y de no lloriquear en casa, donde, si me hubiera quejado, me habrían quizá dado "el resto".
Y ahora has vuelto. Ya no hablas desde las páginas del libro, sino desde la pantalla de TV. Pero sigues siendo el mismo niño de otro tiempo.
Yo, en cambio, he envejecido. Me encuentro ya, si se puede hablar así, al otro lado de la barricada. Ya no me reconozco en ti, sino en tus consejeros: el maestro Gepeto, Pepe Grillo, el Mirlo, el Papagayo, la Luciérnaga, el Cangrejo, la Marmota.
Ellos intentaron - ¡ay!, sin éxito, excepto en el caso del Atún - darte consejos para tu vida de niño.
Yo intento dártelos para tu futuro de muchacho y de joven. ¡Mucho cuidado! ¡Ni se te ocurra tirarme a mí también el martillo, porque no estoy dispuesto a acabar como el pobre Pepe Grillo!
***
¿Te has dado cuenta de que no he nombrado al Hada entre tus "consejeros"? No me gusta su sistema. Cuando te persiguen los asesinos, llamas desesperado a su puerta; ella se asoma a la ventana con su rostro blanco, como una figura de cera, se niega a abrirte y deja que te cuelguen de un árbol.
Te libra, sí, más tarde, de la encina, pero luego te gasta la pesada broma de meter en tu cuarto de enfermo a aquellos cuatro conejos, negros como el betún, con un pequeño ataúd a sus espaldas.
Aún más. Escapado por milagro de la sartén del Pescador verde, vuelves a casa aterido de frío cuando la noche está ya entrada y el agua cae a cántaros sobre tus espaldas. El Hada hace que te encuentres con la puerta cerrada y, tras muchas llamadas desesperadas, te envía al Caracol, que tarda nueve horas en bajar desde el cuarto piso y en llevarte - medio muerto como estás de hambre - un pan de yeso, un pollo de cartón y cuatro melocotones de alabastro pintados al natural.
Bueno, no se trata así a los niños que se equivocan, sobre todo si están entrando, o han entrado ya, en la edad llamada preciosa o, también, difícil, que va de los 13 a los 16 años, y que de ahora en adelante será la tuya, Pinocho.
La probarás: edad difícil, tanto para ti como para tus educadores. Ya no eres un niño, y rechazarás la compañía, las lecturas, los juegos de los pequeños; pero tampoco eres un hombre, y te sentirás incomprendido y casi rechazado por los adultos.
Y mientras pasas por la extraña experiencia de un rápido crecimiento físico, tendrás la impresión de encontrarte de improviso con unas piernas kilométricas, unos brazos de Briareo y una voz extrañamente cambiada, insólita, irreconocible.
Sentirás una fuerte necesidad de afirmar tu yo: por una parte, entrarás en conflicto con el ambiente de la familia y del colegio; por otra, entrarás a velas desplegadas en la solidaridad de las "pandillas". Por un lado, exiges independencia de la familia; por otro, tienes hambre y sed de ser aceptado por tus compañeros y de depender de ellos.
¡Cuánto miedo a ser distinto de los demás! Adonde va la pandilla, allí quieres ir también tú. Los chistes, el lenguaje y los pasatiempos de los demás los haces tuyos. Vistes como ellos visten: un mes, todos en sweater y vaqueros; al siguiente, todos con cazadoras de cuero, pantalones de color, cordones blancos sobre botas negras. En unas cosas, anticonformistas; en otras, sin daros siquiera cuenta, conformistas al cien por ciento.
¡Y de humor mudable! Hoy, tranquilo y dócil, como cuando tenías 10 años; mañana, arisco como un ulceroso de 70. Hoy quieres ser aviador, mañana estás decidido a ser actor de teatro. Hoy, audaz y despreocupado; mañana, tímido y casi ansioso. ¡Cuánta paciencia, cuánta indulgencia, cuánto amor y comprensión deberá tener contigo el maestro Gepeto!
Hay más: te volverás introspectivo, es decir, comenzarás a mirar dentro de ti y descubrirás cosas nuevas. Aflorará en ti la melancolía, la necesidad de soñar con los ojos abiertos, el sentimiento e incluso el sentimentalismo. Y hasta podrá ocurrir que, en séptimo u octavo de EGB, te "enamores", como el joven David Copperfield, que decía: "Adoro a miss Shepherd. Es una chica de chaquetilla corta, cara redonda y cabellos rizados. Cuando estoy en la iglesia, no puedo leer el misal porque tengo que mirar a miss Shepherd. Pongo a miss Shepherd entre los miembros de la familia real..., en mi cuarto a veces me siento impulsado a exclamar: '¡Oh, miss Shepherd!'... Me gustaría saber por qué he regalado secretamente a miss Shepherd doce nueces. No son un símbolo de afecto... y, sin embargo, siento que es un regalo que le va bien. También doy a miss Shepherd insípidas galletas e innumerables naranjas... Miss Shepherd es la única visión que invade mi alma".
"¿Cómo es posible que, en el espacio de unas pocas semanas, rompa con ella? Se dice por ahí que prefiere al señorito Jones... Un día miss Shepherd hace un gesto al pasar a mi lado y se ríe con su amiga. Todo ha terminado. La devoción de toda una vida ha desaparecido. Miss Shepherd sale de la función religiosa de la mañana dominical, y la familia real ya no la reconoce".
Le pasó a Copperfield. Les pasa a todos. ¡Te pasará también a ti, Pinocho!
***
Pero ¿cómo te ayudarán tus "consejeros"?
Durante el "fenómeno de crecimiento", tu nuevo Pepe Grillo debería ser el viejo Vittorino de Feltre, un pedagogo que quiso mucho a los niños de tu edad y que dio una gran importancia en la educación a los ejercicios al aire libre.
La equitación, el salto, la natación, la esgrima, la caza, la pesca, el tiro al arco, el canto. Pretendía, con estos medios, crear un ambiente sereno en su "Casa alegre" y dar una salida útil a la exuberancia física de sus jóvenes alumnos. De muy buen grado habría hecho suyo lo que más tarde diría Parini:
"¿Qué no podrá hacer un alma audaz
si tiene vida en miembros fuertes?"
Luego, tu amigo Atún, que te llevó sano y salvo a la orilla cuando saliste del vientre del tiburón podrá ayudarte, con su calma y fuerza persuasiva, en la próxima crisis de la autoafirmación de que te he hablado.
Hoy, el sueño de vosotros jóvenes no es sólo el automóvil. Vosotros soñáis con todo un garaje de autos morales: autoelección, autodecisión, autogobierno, autonomía. Hace muy poco, unos muchachos de Bolzano comenzaron una autoescuela dirigida por ellos mismos.
"Justo, diría con su típica calma el sabio Atún, llegar a la autodecisión. Pero poco a poco, paso a paso. No se puede pasar de repente de la total obediencia de niño a la plena autonomía de adulto". Ni se puede usar hoy, para todo, el método duro de un tiempo. A medida que vayas creciendo en edad, Pinocho, crecerá en ti el deseo de autonomía. Pues, bien, haz que crezca también - con la ayuda externa de buenos educadores - la recta conciencia de tus derechos y deberes; haz que crezca el sentido de la responsabilidad, para usar bien de la tan deseada autonomía.
Escucha cómo eran educados, hace más de un siglo, los hermanos Visconti - Venosta. Uno de ellos, Giovanni, era escritor; el otro, Emilio, un político de nuestro Risorgimento: "Uno de los métodos de educación de mi padre consistía en estar con sus hijos el mayor tiempo posible, en exigirnos una confianza ilimitada, devolviéndonos mucha por su parte, y en considerarnos como personas un poco superiores a nuestra edad. Así inculcaba en nosotros el sentido de la responsabilidad y del deber. Nos trataba como a hombres pequeños, cosa que nos halagaba bastante. Por ello nos esforzábamos también por estar a la altura".
***
En tu viaje hacia la autonomía, chocarás quizá, querido Pinocho, como casi todos los jóvenes entre los 17 y los 20 años, con un difícil escollo: el problema de la fe.
Respirarás, en efecto, objeciones antirreligiosas como se respira el aire, en el colegio, en la fábrica, en el cine, etc. Si tu fe es un montón de buen trigo, vendrá todo un ejército de ratones a tomarlo por asalto. Si es un traje, cien manos tratarán de desgarrártelo. Si es una casa, el pico querrá derribarla piedra a piedra. Tendrás que defenderte: hoy, de la fe sólo se conserva lo que se defiende.
Y ten presente dos cosas..
Primera: toda certeza merece estima, aunque no comparta la evidencia de la matemática. La existencia de Napoleón, César o Carlomagno no goza de la certeza del 2 + 2 = 4, pero no por ello deja de ser cierta con una certeza humana, histórica. Del mismo modo es también cierto que existió Cristo, que los apóstoles lo vieron muerto y luego resucitado.
Segunda cosa: al hombre le es necesario el sentido del misterio. De nada sabemos todo, decía Pascal. Sé muchas cosas de mí mismo, pero no todo. No sé exactamente qué es mi vida, mi inteligencia, el grado de mi salud, etc. ¿Cómo puedo entonces pretender comprender y saber todo de Dios?
Las objeciones más frecuentes que oirás irán dirigidas contra la Iglesia. Podrá quizá ayudarte una anécdota contada por Pitigrilli. En Londres, en Hyde Park, un predicador está hablando al aire libre. De cuando en cuando lo interrumpe un individuo despeinado y sucio. "La Iglesia existe desde hace ya dos mil años - salta de repente el individuo - y el mundo está todavía lleno de ladrones, de adúlteros, de asesinos". "Tiene usted razón - responde el predicador -. Pero hace también dos millones de siglos que existe el agua en el mundo y mire cómo tiene usted el cuello".
En otras palabras: ha habido malos Papas, malos sacerdotes, malos católicos. Pero ¿qué significa eso? ¿Que se ha aplicado el Evangelio? No, todo lo contrario. En esos casos no se ha aplicado el Evangelio.
Pinocho mío, sobre los jóvenes hay dos frases famosas. Te recomiendo la primera, de Lacordaire: "Ten una opinión y hazla valer". La segunda es de Clemenceau, y no te la recomiendo en absoluto: "No tiene ideas, pero las defiende con ardor".
***
¿Puedo volver a David Copperfield? El recuerdo de miss Shepherd se ha alejado de él, desde hace algún tiempo, y David, ahora con 17 años, se vuelve a enamorar. Esta vez adora a la señorita Larkins. Se siente feliz con tal de poder hacerle una reverencia cada día. Sólo encuentra alivio si se pone los mejores trajes y se limpia continuamente los zapatos. Sueña: «¡Ay!, si mañana viniera Larkins padre y me dijera: 'Mi hija me ha contado todo. Toma 20 mil libras esterlinas. Sed felices'». Sueña con su tía, que se emociona y bendice su matrimonio. Pero, mientras él sueña, la chica se casa con un cultivador de lúpulo.
David pasa dos semanas hundido: se quita el anillo, se pone los peores trajes, deja de darse brillantina, no se limpia ya los zapatos.
Más tarde llegó el flechazo de Dora: "Era un ser sobrehumano para mí. Era un hada, una sílfide... no sé qué era... todo lo que nadie ha visto jamás... Quedé engullido por un abismo de amor en un instante... precipitado, de cabeza, antes de haberle dicho una sola palabra".
Son citas transparentes: a través de ellas se vislumbran los problemas del amor y del noviazgo, para el que deberás también prepararte, querido Pinocho.
Sobre este punto, algunos defienden hoy una moral muy permisiva. Pero, aún admitiendo que en el pasado se ha sido un poco demasiado rígidos en este tema, los jóvenes no deben aceptar esa permisividad. Su amor debe ser con A mayúscula, hermoso como una flor, precioso como una joya, y no vulgar como un fondo de vaso.
Conviene que acepten imponerse algún sacrificio y mantenerse alejados de personas, lugares y diversiones que les sirvan de ocasión de mal. "No tenéis confianza en mí", dices, "Sí, la tenemos, pero no es desconfianza recordar que todos estamos expuestos a tentaciones. Y sí es, en cambio, amor quitar del camino, al menos, las tentaciones innecesarias".
Mira a los automovilistas: encuentran policías de tránsito, semáforos, pasos peatonales, sentidos únicos, prohibiciones de estacionamiento, cosas todas que, a primera vista, parecen fastidios y límites contra el conductor, cuando en realidad están ahí en su favor, porque lo ayudan a conducir con mayor seguridad.
Y si un día tienes novia - Shepherd o Larkins o Dora -, respétala. Defiéndela de ti mismo. ¿Quieres que se conserve intacta para ti? Muy bien, pero tú consérvate del mismo modo para ella y no hagas caso de ciertos amigos que cuentan sus "hazañas", alardeando y creyéndose "unos machotes" por sus aventuras con mujeres. El verdadero "machote", el hombre fuerte, es el que sabe conquistarse a sí mismo y toma su puesto en las filas de los jóvenes, que son la aristocracia de las almas. Mientras se es novio, el amor debe procurar no tanto el placer sensual cuanto la alegría espiritual y sensible; ha de manifestarse de manera afectuosa, sí, pero correcta y digna.
Consejos parecidos han de impartirse también a la otra parte, con tal que sepa aguantar los "sermones".
"Querida Dora (o señorita Larkins o Shepherd) - le dice su madre -, déjame que te recuerde una ley biológica. La chica, por lo general, tiene mayor dominio de sí que el chico en el aspecto sexual. Si el hombre es más fuerte físicamente, la mujer lo es espiritualmente. Podría casi decirse que Dios decidió hacer depender la bondad de los hombres de la de la mujer. Mañana dependerán un poco de ti el alma de tu marido y las de tus hijos. Hoy, la de tus amigos y la de tu novio. Debes, pues, tener sentido común por dos y saber decir que no en ciertas cosas, incluso cuando todo parecería invitar a decir que sí. El novio mismo, si es bueno, te lo agradecerá en sus mejores momentos y se dirá: 'Mi Dora tiene razón. Tiene una conciencia y la obedece. Mañana me será fiel'. La novia demasiado fácil, en cambio, no ofrece las mismas garantías y corre el riesgo de sembrar desde ahora, con su condescendencia demasiado despreocupada, semillas peligrosas, de las que brotarán en un futuro celos y sospechas por parte del marido".
Aquí paro, Pinocho, pero no me salgas ahora con que no venía a cuento hablar de Dora. Cuando eras niño, tenías al Hada, primero como hermana y luego como madre. Ahora eres adolescente y joven; la única hada que puede hacerte compañía es una novia o una esposa. ¡A no ser que quieras meterte a cura!
¡Pero no te veo la vocación!
El Dios en quien no creo
El Dios en quien no creo
Yo nunca creeré en:
El Dios que “sorprenda” al hombre en un pecado de debilidad
El Dios que condene la materia
El Dios que ame el dolor
El Dios que ponga luz roja a las alegrías humanas
El Dios mago y hechicero
El Dios que se hace temer o no se deja tutear
El Dios que se haga monopolio de una iglesia, de una raza, de una cultura o de una casta
El Dios que juega a condenar
El Dios que “manda” al infierno
El Dios incapaz de perdonar lo que muchos hombres condenan
El Dios incapaz de comprender que los niños deben mancharse y son olvidadizos
El Dios que exija al hombre, para creer, renunciar a ser hombre
El Dios a quien no temen los ricos a cuya puerta yace el hambre y la miseria
El Dios al que adoran los que van a Misa y siguen robando y calumniando
El Dios que no supiese descubrir algo de su bondad, de su esencia, allí donde vibre un amor por equivocado que sea.
El Dios que condene la sexualidad
El Dios para quien fuese el mismo pecado complacerse con la vista de unas piernas bonitas que calumniar y robar al prójimo o abusar del poder para medrar o vengarse.
El Dios morfina para la reforma de la tierra y sólo esperanza para la vida futura
El Dios de los que creen que aman a Dios porque no aman a nadie
El Dios que dé por buena la guerra
El Dios que pretenden que el cura rocíe con agua bendita los sepulcros blanqueados de sus juegos sucios
El Dios que negase al hombre la libertad de pecar
El Dios a quien le falte perdón para algún pecado
El Dios que aceptase y diese por bueno todo lo que los curas decimos de El
El Dios que ponga la ley por encima de la conciencia
El Dios que prefiera la pureza al amor
El Dios que no pueda descubrirse en los ojos de un niño o de una mujer bonita o de una madre que llora
El Dios que se case con la política
El Dios que aniquilara para siempre nuestra carne en lugar de resucitarla
El Dios que aceptara por amigo a quien pasa por la tierra sin hacer feliz a nadie
El Dios que al abrazar al hombre aquí en la tierra no supiera comunicarle el gusto y la felicidad de todos los amores humanos juntos
El Dios que no se hubiera hecho verdadero hombre con todas sus consecuencias
El Dios en el que yo no pueda esperar contra toda esperanza.
Sí, mi Dios es el otro Dios.
JA
Yo nunca creeré en:
El Dios que “sorprenda” al hombre en un pecado de debilidad
El Dios que condene la materia
El Dios que ame el dolor
El Dios que ponga luz roja a las alegrías humanas
El Dios mago y hechicero
El Dios que se hace temer o no se deja tutear
El Dios que se haga monopolio de una iglesia, de una raza, de una cultura o de una casta
El Dios que juega a condenar
El Dios que “manda” al infierno
El Dios incapaz de perdonar lo que muchos hombres condenan
El Dios incapaz de comprender que los niños deben mancharse y son olvidadizos
El Dios que exija al hombre, para creer, renunciar a ser hombre
El Dios a quien no temen los ricos a cuya puerta yace el hambre y la miseria
El Dios al que adoran los que van a Misa y siguen robando y calumniando
El Dios que no supiese descubrir algo de su bondad, de su esencia, allí donde vibre un amor por equivocado que sea.
El Dios que condene la sexualidad
El Dios para quien fuese el mismo pecado complacerse con la vista de unas piernas bonitas que calumniar y robar al prójimo o abusar del poder para medrar o vengarse.
El Dios morfina para la reforma de la tierra y sólo esperanza para la vida futura
El Dios de los que creen que aman a Dios porque no aman a nadie
El Dios que dé por buena la guerra
El Dios que pretenden que el cura rocíe con agua bendita los sepulcros blanqueados de sus juegos sucios
El Dios que negase al hombre la libertad de pecar
El Dios a quien le falte perdón para algún pecado
El Dios que aceptase y diese por bueno todo lo que los curas decimos de El
El Dios que ponga la ley por encima de la conciencia
El Dios que prefiera la pureza al amor
El Dios que no pueda descubrirse en los ojos de un niño o de una mujer bonita o de una madre que llora
El Dios que se case con la política
El Dios que aniquilara para siempre nuestra carne en lugar de resucitarla
El Dios que aceptara por amigo a quien pasa por la tierra sin hacer feliz a nadie
El Dios que al abrazar al hombre aquí en la tierra no supiera comunicarle el gusto y la felicidad de todos los amores humanos juntos
El Dios que no se hubiera hecho verdadero hombre con todas sus consecuencias
El Dios en el que yo no pueda esperar contra toda esperanza.
Sí, mi Dios es el otro Dios.
JA
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