viernes, 27 de septiembre de 2013

Ya está a la VENTA " Desprográmate" el libro de las relaciones humanas

Ya está a la venta el libro "Desprográmate"
Capítulo 1
 Capítulo 2
 Capitulo 3
 Capitulo 4
 Capitulo 5
 Capitulo 6
 Capitulo 7
 Capitulo 8
 Capitulo 9
 Capitulo 10
Capitulo 11
 Capitulo 12

viernes, 20 de septiembre de 2013

"DESPROGRÁMATE" el libro

Desprográmate: 

Es   un   proceso  en  donde  interactúan  varias  ciencias  humanas     como la psicología  Gestalt  y  la neurolingüística,   así  como  la       antropología,  la  filosofía  del  lenguaje  y  la  teología,  intervienen   para  hacer   este  análisis.

¿Conflictos en tus relaciones afectivas?

Todos  tenemos  una historia,  y en algunas ocasiones nos  han  hecho daño, lastimado,  pero  debemos  saber  acomodar esos sentimientos para que podamos responder a lo que somos.

Todo lo que somos: La Familia, cultura, religión, sociedad van         delineando lo que eres.  Por lo que hay saber darle el justo valor a lo que  somos para lograr estabilidad, claridad  y felicidad.


martes, 13 de agosto de 2013

El Archivo (fragmento del Libro "Desprográmate"


Todos los seres humanos tenemos la capacidad de aprender y de memorizar, y puede darse de modo consciente o emocional, en ambos sentidos nos permiten establecer vínculos con todo lo que nos rodea.

De modo particular la memoria emocional tiene que ver con todo lo que vivimos desde pequeños, incluso con las cosas que no recordamos, pero que nos hacen reaccionar, desde cosas positivas y agradables como juegos, o negativas como pueden ser los castigos.

De la misma manera que en la escuela nos enseñaron desde niños todas las ciencias humanas, también fuimos moldeando nuestro temperamento que podemos entenderlo como la actitud que asumimos ante acontecimientos y momentos en nuestra historia, de ahí que se den los elementos de nuestra personalidad y se conviertan en inseguridades, como puede ser la soledad, que dependiendo de nuestra historia y memoria emocional puede ser un factor positivo o negativo.

Estos patrones de conducta son aprendidos, generados en una etapa de nuestra vida, que con el tiempo sólo necesitan un detonante, que nos haga experimentar placer o dolor, gusto u odio, confianza o temor y puede llegar a convertirse en un medio de manipulación que condicionen todas nuestras relaciones humanas.

Si me enseñaron que algo es malo o es sinónimo de fracaso, reacciono de un modo negativo, pero si me enseñaron que es una elección o una opción, la respuesta es diferente y la actitud también.

Lo mismo que en una simple operación matemática tenemos el razonamiento y la memoria consciente, sucede igual pero sin claridad en la memoria afectiva o emocional.

Aquí entran los sentidos ocupando un juego determinante de las cosas, personas, objetos con los que me vinculo, sin que ellos tengan el poder en mí, yo se los concedo anticipadamente, bloqueándome en muchos casos posibilidades de descubrir, aprender, reconocer, conocer o simplemente de tener una nueva experiencia ante ellos.

Pensemos en un caso matemático simple, 2+2 es 4, lo sabemos, por una lógica simple, y nuestra memoria consciente, responde inmediatamente, conocemos el resultado y la comprobación es simple.

Ahora pensemos en una persona con rasgos rubios, podemos caer fácilmente en estereotipos socioculturales que lejos de permitirnos conocer a la persona, en todo lo que esto implica, como es su historia, afectividad, inteligencia, etc., podemos limitarnos a estos prejuicios de nuestra memoria afectiva emocional.

Quizás sea sencillo este ejemplo, pero pensemos en cosas que pueden paralizarnos, limitarnos, frenarnos y que en algunos casos extremos pueden convertirse en verdaderas fobias, pero que no las llamamos así, solo respondemos de un modo negativo.

Uno de los fenómenos culturales de la actualidad es el miedo a estar solo, la soledad que si es propiciada y generada por uno, puede traer muchos beneficios y dar muchas opciones de crecimiento personal, lo contrario a no aceptar la soledad es caer en dinámicas y relaciones complejas, dolorosas, que nos hacen daño, lastiman y complican más nuestra identidad y dignidad.

Pensar en libertad en el genuino sentido de no tener limitaciones pero si reconocer nuestros límites, hace que podamos desarrollarnos en todas las áreas de nuestra vida. No conocer el sentido de libertad fácilmente podemos caer en dependencias en autoengaños incluso en adicciones, que son ya casos muy complicados y que necesitan ayuda profesional.

Dentro de este proceso de desprogramación es que seas capaz de reconocer estas limitaciones emocionales, estas situaciones nocivas que no te han dejado vivir con tranquilidad y no te permiten conocer nuevas opciones afectivas.

Hay muchos mitos que favorecen esto, ideas que lejos de ayudarnos, nos justifican para seguir caminando de la misma manera, limitados, pudiendo correr, seguimos gateando.

Muchos mitos tienen que ver con nuestra sexualidad, que sí y que no está permitido, cuándo, cómo, por qué, debo o no de vivir mi sexualidad. Cuando en realidad a los que se está hablando es la vida activa sexual, todos nacimos con una sexualidad, y desde pequeños la tenemos, experimentamos, vivimos y aquí puede entrar un claro ejemplo de memoria emocional afectiva. ¿Qué me han dicho en casa, mi familia, padres profesores sobre la sexualidad?

Hace tiempo platicando con una persona sobre las dinámicas de pareja, ella se refirió a “hacer cochinadas”, en ese momento se abrieron dos posibilidades en mi mente, 1) que gusta de aventar lodo con su pareja, o 2) que al tener intimidad sexual le llama cochinada, como algo sucio, malo, y todo lo que tenga que ver con suciedad, puede parecer humorístico este caso, pero en realidad esta respuesta que refleja una conducta en la cual la sexualidad está vinculada con algo negativo, que se vive, pero que tiene una carga afectiva y que causa conflictos.

Pensar que el sexo es malo, sucio, negativo, tiene sus raíces profundas en un mal concepto de la dignidad de la persona, ya que todos tenemos una sexualidad, lamentablemente no todos la hemos comprendido o conocido con el respeto y compromiso que esta requiere.


Pensemos en un caso más simple, un aroma por ejemplo, puede llevarnos y trasladarnos a momentos muy antiguos que de la misma manera sea negativo que positivo, pensemos en un armo a incienso, del que usan en las Iglesias, ¿Cómo reacciono ante ese aroma? ¿Qué recuerdos te trae? (...)  

lunes, 12 de agosto de 2013

Hijos sin Límites

HIJOS SIN LÍMITES 
 
 
Una Mujer de 55 años visitaba a su hijo de 23 en la cárcel. El estaba ahí por homicidio culposo ya que había atropellado a un niño al entrar a alta velocidad en una calle en sentido contrario tratando de escapar de una patrulla que lo perseguía por haberse pasado un alto.
 
Entro al penal completamente destrozado de los huesos y en silla de ruedas ya que,  el Padre de la criatura muerta se le fue a golpes,  y el Policía - que ya estaba justo detrás - se hizo de la vista gorda y no lo detuvo hasta que casi lo mata...
 
El hijo le decía a la Madre:  
 
- Sabes Mamá, yo no soy un asesino premeditado ni un maldito desalmado, solo que ya concluí que estoy aquí porque APRENDÍ Y ME ACOSTUMBRÉ a romper reglas y a no cumplirlas jamás sin ningún límite
 
- Ay hijo!!!, es que de chiquito te ponías taaaan difícil, cada vez que yo te daba una orden o una instrucción, me desafiabas y  hacías unos berrinches tales que yo no lo soportaba y te dejaba hacer y deshacer con tal de evitarme conflictos y de que estuvieras calladito y complacido para que tu Papa no me dijera: calla a ese niño !!!.
 
Desde que tenías 3 o 4 años, cuando yo te decía:
 
1) Cómete tus verduras para que crezcas sano y fuerte, me decías:  Yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa, ¡déjame en paz!
 
2) Recoge tu cuarto:  No voy a recoger nada, así estoy contento, ¡si quieres recógelo tú!
 
3) No destruyas las cosas, cuídalas:  No me importa yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas gritaré y lloraré hasta que me las compres.
 
4) En esta casa se hace lo que yo digo: No Mamá, no lo haré ¡YA NO TE QUIERO y si me hablas así, me voy a ir a otra casa!
 
Y así siguió la lista interminable de instrucciones y respuestas a lo largo de la vida de este hijo REBELDE y padres PASIVOS. FLOJOS Y BLANDENGUES...
 
Hasta que el hijo interrumpió a la madre GRITÁNDOLE...
 
¡¡BASTA YA MAMA!! : SOLO DIME ¿CÓMO FUE QUE SIENDO UN ADULTO LE CREÍSTE Y OBEDECISTE  A UN NIÑO TAAAN CHIQUITO...??
 
HOY A MIS 23 AÑOS ESTOY DESTROZADO, INFELIZ Y SIN FUTURO, DE NADA SIRVIÓ QUE ESTUDIARA O QUE NO HAYAMOS SIDO POBRES, LE QUITÉ LA VIDA A UNA CRIATURA Y DE PASO LES ARRUINÉ EL RESTO DE LA VIDA A TI Y A MI PADRE!!! LA VIDA EN LA CÁRCEL ES UNA MISERIA...
 
PREGUNTA:
 
SI TU HIJO  ESTUVIERA A PUNTO DE CAER EN UN PRECIPICIO Y TU LO ESTUVIERAS SOSTENIENDO DE LA MANO:  ¿¿¿LO APRETARÍAS CON TODAS TUS FUERZAS O LE DETENDRÍAS LA MANO SUAVECITO PARA QUE NO LE DUELA???
 
LO MISMO PASA CON LOS VALORES, LA DISCIPLINA Y LAS REGLAS,  SÉ RESPONSABLE YAPRIÉTALO FUERTE Y LO SALVARAS DEL PRECIPICIO DE LA VIDA EN SOCIEDAD, PORQUENADIE A QUIEN ÉL DAÑE CON SU INDISCIPLINA VA A TENER COMPASIÓN DE EL.  SI TÚ, QUE LE DISTE LA VIDA Y LO AMAS,  NO SOPORTAS SUS BERRINCHES,  ¿¿¿QUÉ TE HACE PENSAR QUE LOS DEMÁS LO HARÁN...???
 
UN GRITO A TIEMPO, UNAS NALGADAS, UN CASTIGO BIEN IMPUESTO, SIN AFÁN DE MALTRATARLOS O HERIRLOS SINO POR "SU BIEN",  TAL VEZ DEJE UNA PEQUEÑA HUELLA PERO LOS HARÁ SENTIR SEGUROS Y BIEN CLAROS SOBRE LA DIFERENCIA ENTRE EL BIEN Y EL MAL. Y A LA LARGA,  SABRÁN QUE SI LOS CUIDAS Y LOS EDUCAS BIEN ES PORQUE LOSAMAS Y NO PORQUE TE IMPORTA MÁS TU COMODIDAD Y TU TIEMPO LIBRE.
 
EVÍTALES LA INFELICIDAD DE LA DISCIPLINA IMPUESTA POR LA SOCIEDAD Y/O  LA LEY O HASTA LA MUERTE A MANOS DE OTROS O EL SUICIDIO POR LA CULPA DE SUS PROPIAS FALTAS....
 
...Y PÁSALO A TODOS LOS PADRES Y MADRES QUE CONOZCAS...  y también para los tíos, sobrinos, conocidos.... a todos nos hará bien... mucho bien....

viernes, 19 de julio de 2013

Necesitamos Santos- Texto Juan Pablo II


"Necesitamos Santos...
Necesitamos santos sin velo, sin máscara.
Necesitamos Santos de pantalones jeans y zapatillas.
Necesitamos Santos que van al cine, escuchen música y paseen con los amigos.
Necesitamos Santos que coloquen Dios en primer lugar, pero que sobresalgan en la universidad.
Necesitamos santos que tengan tiempo diario para la oración y que sepan enamorarse de la pureza y la castidad o que se consagren a su castidad.
Necesitamos Santos modernos, Santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos Santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos Santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos Santos que tomen Coca-cola y coman panchos, que usen jeans, que sean actuales, que escuchen discman.
Necesitamos Santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar un refrigerio o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos Santos que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.
Necesitamos Santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos Santos que estén en el mundo; y sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero que no sean mundanos."

S.S. Juan Pablo II

martes, 18 de junio de 2013

El Rompimiento, fragmento del libro "Desprográmate" CEO

El rompimiento


 Toda relación humana causa y crea un impacto que genera una marca en nuestras vidas, de las cuales es difícil de superar sino se da un tiempo suficiente para sanar esta experiencia.

No solo me refiero a las relaciones de pareja, sino a toda relación humana, pero algunas marcas no son sencillas de notar y menos de superar.

Partamos de las relaciones de pareja, y el impacto que nos dan en la vida. Si lo vemos desde un punto de vista neutral y positivo, cuando iniciamos una relación de noviazgo, compartimos y experimentamos cosas que de primer momento por las sensaciones y novedad juegan más un papel divertido y la adaptación es natural, que cosas negativas.

Cuando se da el quiebre o rompimiento, es fácil caer en extremos que van desde sentimientos de dolor, tristeza, hasta ternura y lindos recuerdos hasta después de un tiempo ver las cosas sin dolor. Después de que se termina una relación es común pasar por estos sentimientos, que en algunos momentos hacen que caigamos en posturas o actitudes más violentas o agresivas contra esa persona afectándonos a nosotros mismos y a lo que comúnmente llamamos  estar despechado.

Todos los sentimientos se alteran y hace que hagamos y digamos cosas que podemos llegar a arrepentirnos pero es por tener una acumulada carga de cosas que no se acomodaron en el lugar y momento indicado.

Cuando se da un pleito o una diferencia en una relación suelen salir comentarios muy añejos, de mucho tiempo, que no se dijeron en el momento y lugar adecuado, y cuando se dicen ya es en algunas ocasiones demasiado tarde y traen más cosas agregadas o acumuladas con sentimientos negativos.


¿Por qué se da esto?  Porque no nos enseñaron a decir las cosas malas en una relación humana, sea del tipo que sea la relación y aquí es donde este rompimiento abarca más aéreas de nuestras vidas y se ven reflejadas en los rompimientos  de las relaciones de pareja.

En muchos momentos de nuestra vida, hemos vivido cosas negativas, algunas que por la naturaleza propia de nuestra mente bloqueamos, al grado de que puede pasar que encontramos a alguien en la calle y pensamos: “ahí va tal persona, pero ya no recuerdo por que nos peleamos, sólo sé que no le hablo”. La mente hizo su parte, sano nuestras heridas pero también se dieron los factores del tiempo y con la distancia poco a poco acomodaron las cosas.

En un caso más cercano y complicado como lo es con uno de nuestros padres o hermanos, no es fácil poner distancia, no es sencillo alejarse y simplemente dar la vuelta. Algunos optan por salirse en la primera oportunidad que se les presenta, que puede ser con situaciones socialmente muy validas, pero que en el fondo tienen esta razón, no querer estar más cerca de esa persona que me desagrada y causa conflicto. Pero no se soluciono nada, solo nos alejamos, enfriamos el sentimiento, nada más.

¿Cómo resolverlo, cómo darme cuenta? Esta es una dinámica complicada, que requiere de mucha sinceridad, honestidad, franqueza y humildad. (...)

martes, 11 de junio de 2013

Me encanta Dios, Jaime Sabines

De Dios se ha escrito mucho, este es un poema que lejos de ser una verdad de fe, es una forma de que Dios es reconocido de muchas maneras. 
Uno de los últimos poemas de Jaime Sabines. 

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos. 

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida, sea para siempre. 

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes. 

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes! 

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. 

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento. 

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja. 

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy. 


A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

Lee todo en: Me encanta Dios - Poemas de Jaime Sabines http://www.poemas-del-alma.com/me-encanta-dios.htm#ixzz2VxlSmnqV

lunes, 10 de junio de 2013

El Compromiso, fragmento del libro "Desprográmate"

(...)

Hemos limitado nuestra participación en un relación sin involucrar mucho de nosotros, esperando que la otra persona haga algo y genere algo que me confianza, hemos ante puesto el orden  en hacer y mantener una relación,  a sólo ser observadores, esperando que algo o alguien genere y me impulse a responder.

La falta de compromiso nos hace ser más espectadores que protagonistas de nuestra propia vida. solemos tener una actitud donde observamos, criticamos, evaluamos, buscamos libros de autoayuda, novelas donde nos cuentan la historia de alguien más, que se atrevió a hacer y soñamos con que algo así nos pase, que llegue ese príncipe o  princesa y resuelva todos los problemas por arte de magia, lamento decirte que no pasara algo así.

Y no es que sea pesimista, pero más bien no quiero caer en un positivismo que nos aleje de la realidad.

Reconocer que cualidades tienes, que elementos tienes, como vivir y desarrollar lo que eres hará que puedas comprometerte y responder a tu realidad.

Vivir un compromiso, equivale a tener conciencia de todo lo que soy y hago, incluyendo, política, religión, sociedad, sexualidad, conocimientos y estudios, para responder a lo que somos, el siguiente paso es responder a alguien más, y no que alguien me responda a mí, esa sería la consecuencia pero no la condición de mi compromiso.

Si conozco mis cualidades y características, las acepto, me reconozco como parte de mí, todo lo que soy y me hace ser, mi historia personal, familiar, afectiva, religiosa, cultural, emocional, hacen que sea lo que soy.

Muchos quieren que simplemente suceda, y si bien es cierto el tiempo puede curar, pero en el pasar del mismo, podemos tropezar y tropezar, cayendo en los mismos patrones de conducta, atrayendo al mismo tipo de personas, con características y actitudes similares. ¿Por qué?

Ahora se ha dado una figura social, que incluso algunos gobiernos han tenido que incluir la unión libre, la pregunta obligada es ¿libre de qué?

¿Por qué se ve al matrimonio como una forma de esclavitud y no gusto por querer compartir la vida?

El pragmatismo se ha vuelto un estandarte del sentirme bien, vivir lo práctico, lo que menos me complique, lo que no me comprometa y si llegamos a sentirnos así, tenemos que tener una mayor cantidad de cosas a favor sino lo evitamos a toda costa.

Muchos prefieren ser espectadores de su mundo, de su realidad, quejándose, criticando todo lo que pueden, dando opiniones al aire sin fundamentos, desde fuera, de lejos, a distancia, pero sin compromiso.

Algunas personas caen en otras actitudes que lejos de generar una dinámica de vida positiva, se complican a sí mismos, me refiero a los que se sienten víctimas y buscan su victimario, una dinámica complicada, sin que se tenga que caer en este fenómeno del síndrome de Estocolmo, donde la víctima se enamora de su agresor, más bien actúan como si lo fuera y refleja una actitud de poco compromiso, de entrada consigo mismo, después con un proyecto de vida, para que se generar un compromiso con alguien más.

Ser espectador o víctima es la forma pasiva de vivir la vida, no comprometida, incongruente, dejando que otros digan y hagan en mi vida.

El compromiso se da desde la actitud, desde la forma de interesarse en la otra persona, de querer participar con el dialogo.

¿Cuándo estoy con alguien mi relación es de un monologo donde hablo sin parar o es un dialogo donde ambos compartimos? ¿Hay días que fue tanto lo que hable que no di tiempo a que me compartieran algo?

Parte de un compromiso real está en el involucrarme en la medida de mis posibilidades con las actividades de la persona con quien me estoy relacionando, este puede ser un parámetro muy importante de reconocer si se va viviendo o no un compromiso.

En ocasiones desde nuestra óptica podemos sentir que sí, que si hay un compromiso personal, pero la otra persona posiblemente no la sienta de la misma manera, pero es fácil autoengañarse, si no hay un dialogo real.

La comunicación es la base, es el alimento que fortalece un compromiso, cuando uno va involucrando proyectos, actividades, planes, ideas, sentimientos se genera una congruente responsabilidad con la otra persona.

Si al estar con alguien quiero un compañero a mis actividades, busco quien me escuche, incluso en algunos casos, no sentirme solo, posiblemente no estoy viviendo un compromiso real, solo estoy usando de alguna manera a la persona y doy a cambio cosas que pueden generar daños y complicar mi libertad.

Algunas personas se involucran pero no se comprometen, esa es la diferencia, piensa en ¿Cómo han sido tus relaciones anteriores? ¿De qué forma son las relaciones que están cercanas  alrededor? ¿Involucrados o comprometidos?

Hay una delgada línea entre estar involucrado y un compromiso, cuando me involucro, comparto algunas cosas de mí, expreso algunos sentimientos, ideas, momentos, me sirvo de la persona para no sentir soledad, pasando momentos lindos, agradables, simpáticos, incluso cuando se llega a presentar algo desagradable comparto, me solidarizo, muestro empatía, amabilidad, pero sigo estando al margen de un compromiso.

Pero sigue la pregunta en el aire: ¿Cómo darme cuenta si estoy involucrado o comprometido? ¿La persona con la que comparto, está involucrada o comprometida?
Veámoslo en primera persona:

En mi lista de cosas importantes de mi día, de mi vida, ¿está esa persona, sus actividades y proyectos en mi interés?
Cuando pienso en hacer algo, en generar algo en mi vida, ¿está incluida esa persona?

Ahora invirtamos el caso a tercera persona:

Los proyectos que hace y realiza ¿me interesan, me siento parte, siento interés por apoyarle, acompañarle, integrarme?, o ¿Solo me quedo a distancia, mostrando interés pero sin ser parte de lo que hace?
Cuando realiza una actividad, ¿me incluye o invita a participar, comparte la idea, el proyecto para que me integre? Puede darse un caso más aquí, si esta persona en cuestión cuando me invita o participa de algo, ¿Cómo reaccionas?

Compartir con una persona, hacer cosas en común, incluso cuando hay distancia de por medio, siempre se pueden encontrar formas de mostrar vínculos con esa persona.

En ocasiones el apoyo puede ser solo moral, en otras podemos participar en directo con la actividad, pero dependerá de cómo me sienta, si estoy involucrado o comprometido.

Querer un compromiso hace que todo lo que somos este ligado, se vaya vinculando a esa persona, si solo soy espectador, si me mantengo al margen o lo mantengo al margen de las actividades, puede que solo estés involucrado. (...)

jueves, 6 de junio de 2013

La Construcción, fragmento del libro "Desprográmate" CEO

La naturaleza es sabia y nos da todo lo necesario para vivir, depende de nosotros saber reconocer nuestras funciones y capacidades, que nos hacen y constituyen.


Así como un corazón tiene la función de bombear y purificar la sangre, así cada parte de nosotros tiene una función, una razón de ser, que puede que se haya condicionado o limitado por algunos factores externos, pero que debemos de reconocer para así dar una solución efectiva.

Lo mismo pasa en nuestra mente, nuestros sentimientos, que tienen una razón de ser para el resto de nuestra humanidad, pero que han podido ser condicionados y modificados por elementos que son necesarios ubicar, pensemos en una enfermedad grave, que después de ella, quedan ajustados en algunos órganos internos y debemos de actuar con responsabilidad para no enfermar más o complicar nuestra salud.

Lo mismo en nuestra personalidad, conocer estas características nos permitirán ser más efectivos en la resolución de una situación o actividad determinada.

Estas características son para todos, hombres y mujeres, y pueden variar de alguna manera, por la sociedad, cultura, religión y otros factores, que ahora presentamos. Y que juntos forma estos elementos o bloques de una unidad, así como una pared esta formada de muchos bloques, así nuestra persona. 

Separo en hombres y mujeres porque hay elementos propios de cada sexo que no se aplican de la misma manera una misma circunstancia. Lo podemos ver en algo tan simple como el arreglo personal, mientras una mujer le da importancia a ciertos elementos, un hombre a otros, por cuestiones que no son solo fisiológicas, sino que afectan todo nuestro ser.

La bilogía ha confirmado esto, el cerebro femenino tiene cualidades distintas a las masculinas, sin hacerlo mejor o peor, lo que nos hace individuales  y   complementarios, como ya lo habíamos dicho antes.

Trataremos de ser prudentes en las siguientes características apoyándonos en la antropología para dar un sentido a las reacciones y comportamientos humanos.

Respondamos algunas preguntas que nos darán pistas de esto:

1-. ¿Te consideras como una persona que piensa o sobre todo alguien que siente?
2-. ¿Cuándo ves a una persona arreglada, te fijas en como se ve en conjunto o en los detalles de su arreglo?
3-. ¿Cuándo trabajas o estudias sientes tener capacidad de hacer una sola cosa o sientes la capacidad natural de hacer varias al mismo tiempo?
4-. ¿Cuándo estas frente a un problema, te fijas sobre todo en los medios más efectivos a emplear o tomas en cuenta a las personas para no herir a nadie?
5-. Al pensar en matrimonio: ¿piensas más en tu pareja o en los hijos?
6-. Al estar frente al sexo opuesto, ¿Cuáles son las cualidades que más admiras?
7-. ¿Qué defectos te molestan más?
8-. ¿Qué esperas del sexo opuesto?
9-. ¿Qué características deberías desarrollar para responder mejor al sexo opuesto?
10-. ¿El pensamiento masculino y femenino, son completamente opuestos?

Para algunos antropólogos como Margaret Maed los rasgos típicos de uno y otro sexo, son el resultado de hábitos y usos sociales, culturales de cada pueblo o región.

Algunos rasgos como la pasividad, obediencia, timidez, coqueteo, se presentan más en ciertas sociedades tanto en hombres como en mujeres. 


Sin embargo las diferencias no son absolutas, ya que otros elementos como la educación, familia influyen en esta forma de ser (...) fragmento.

lunes, 3 de junio de 2013

"La Interrogación" fragmento del libro "Desprogramate"

(...)Las dudas y cuestionamientos pueden darse de mí hacia la otra persona o de la otra persona hacia a mi. El punto central está en saber ¿si estoy preparado para responder y generar buenas preguntas? ¿Qué voy a hacer con las respuestas que se presenten?

Existen niveles de comunicación, los estudiosos de esta carrera pueden profundizar mejor y podemos consultarles en cierto momento, pero lo que refiere a nuestro proceso de desprogramación conlleva el saber cómo o cuál  nivel de comunicación establezco con los que me rodean y por lo tanto con los que me interesan.

Podemos encontrar un nivel básico elemental, genérico, donde encontramos ideas simples, sin entrar en temas reales, solemos iniciar conversaciones de esta manera pero he podido observar que casos en que pláticas enteras giran solo desde un aspecto genérico, superficial, llamémoslo “periférico”.

La comunicación periférica nos presenta temas como: ¿Qué tal el clima? ¿Viste el partido? Había mucho tráfico camino a casa. Las respuestas se quedan en un ambiente ligero, simple, de situaciones indirectas que a todos pueden pasarnos o que hemos visto: “si esta caluroso, hace tiempo esta así, y escuche en el noticiero que seguirá”, no me gusta el deporte, evito comentarios, para no generar controversias”, “si el tráfico esta imposible, y nadie sabe qué hacer”.

Lamentablemente es una forma sutil de no conversar, no decir nada, preguntas y respuestas superficiales, una actitud que lejos de pretender iniciar una amistad o fortalecerla, aleja, enfría las posibilidades de algo más.

Hay un segundo nivel de la comunicación en el cual se van presentando anécdotas, historias breves o muy indirectas de personajes o momentos que no tienen nada que ver con lo que se está presentando en ese momento, que parecieran más monólogos de temas que poco se puede aportar, algunos ejemplos de esto: “en 1986, cuando estudiaba la carrera, llego Javier y me contó de un proyecto, mismo que no supe si funciono”.

Se abrió un tema que nadie podría opinar, comentar, salvo una afirmación con la cabeza que no confirma ni niega nada y por respeto sólo se mueve la cabeza. Hay personas que en su necesidad de ser escuchados, hablan y hablan, sin dejar que se dé una retroalimentación, se está en una actitud tan ensimismada que no escuchamos, solo si es para fortalecer mi postura o actitud, esperando el apoyo y nada más.

En este nivel es muy lamentable encontrar personas que han vivido una relación matrimonial de años y son un par de perfectos desconocidos, desconociendo cosas más profundas, y con muchas omisiones, triste pero pasa mucho.

Tanto ellas como ellos, muestran poco interés en sus actividades, en lo que hacen, cumplen o satisfacen una necesidad de compañía, de alivio momentáneo y suficiente.

Cada uno tiene su mundo, sus planes, proyectos independientes sin nada que compartir, donde se hacen comentarios simples, aportes faltos de atención.

El siguiente y último  nivel es el de la intimidad, en este momento es cuando ya se presentan temas de fondo, compartimos lo que somos, queremos buscamos, generamos, proyectamos, dejamos de presentar anécdotas por vivirlos, compartir momentos y situaciones comunes, que si bien se pueden hacer memoria a momentos pasados, épocas, lugares y situaciones, también se da crean momentos donde la intimidad es fuente de creación mutua, compartir miedos temores, dudas, sentimientos que pueden aportar a la relación y que darán sentido a querer o no, una relación.

El compartir estos momentos de intimidad es la manera más directa para reconocer si somos o no, si tenemos posibilidades reales, los temas superficiales se convierten en verdaderas conversaciones de las cuales se comparte, se genera y crea espacios para hacer y vivir juntos.

Retomando el tema de las interrogaciones, tenemos cuatro posibilidades:
1-. Sentido positivo.
2-. Sentido negativo.
3-. Yo realizo las preguntas.
4-. A mí me hacen las preguntas.

El sentido positivo de una pregunta es que si hago una propuesta, genero con mi pregunta una posibilidad, una actitud, planteo una realidad. Encontramos preguntas que inician con: ¿Te gustaría…? ¿Quieres…?
Aportamos desde un sentido positivo de crear, hacer, generar. Planteamos retos, inquietudes que deben ser respondidas y compartidas, que generan un dialogo que puede profundizar y nutrir una relación humana.

El sentido negativo, por obvio que parezca proyectamos una actitud pesimista de las cosas, temores, cosas que podrían ser, que algún día llegarían, cuestiones de distancia que son improbables, casi inalcanzables, muchas personas tristemente así plantean sus preguntas, sin darse cuenta de la estructura negativa que presentan, como esperando una confirmación, pero generando una duda, dejando las cosas en el aire: ¿No quieres comer? ¿Es imposible lograr…? ¿Creo que no sería capaz de…? ¿Si hago esto, perderemos…?

Esta actitud negativa, tiene sus orígenes en una estructura que más adelante analizaremos, pero que reflejan dudas, temores, inseguridades que nos hacen ver la vida como apagado, con pocas posibilidades.

Cuando realizo las preguntas, suelo generar cuestionamientos que me mantenga en una zona de confort y que exponga la otra persona sus razones, esperando que diga lo que quiero escuchar, y no lo que me está diciendo, genero con una interrogación un dialogo que nos permita conocernos, compartir, descubrir, o voy en sentido negativo, exhibo sus limitaciones y freno la comunicación. Muchas personas viven esperando una respuesta, donde ya estén bien definidas las palabras, como una formula matemática que el resultado ya se conoce, pero estoy esperando que como arte de magia satisfaga todas mis incógnitas y que ya tengo respondidas, lo que es casi imposible que sean justamente respondidas como quiero.   

Si me hacen preguntas, soy capaz de responder con sinceridad plena y compromiso con lo que estoy respondiendo, asumiendo cada palabra y los actos que conllevan. Abro el dialogo con mis respuestas y se da un intercambio de ideas, comentarios que nutren y fortalecen la relación, o ¿Dejas cosas en la ambigüedad, cerrando el tema, evitando dialogar, comentar o compartir?

Es común ver casos que se presenta una gran necesidad de hablar, y esperamos la atención de la otra persona, comentamos, exponemos temas que son importantes, pedimos opinión, hacemos evaluación de lo que estamos comentando, pero justo cuando se termina mi tema, también se termina mi interés, también se termina la interacción, el dialogo, olvidando las inquietudes, interrogantes de la otra persona.

En este dialogo, las interrogantes dejan claridad, abren nuevas conversaciones, o se quedan inconclusas, con más interrogantes que apertura a una dinámica de compartir y vivir.

El pasado, presente y futuro son elementos que todos nos hemos cuestionado, pero en el momento de compartir se pueden volver una condición de vida, es decir, que estoy amarrado a mi pasado, a mis ideas y experiencias, imposibilitando nuevas experiencias, quedando casi nulificada mi capacidad de asombro, porque ya lo vivido o ya lo leí, ya me paso…, de tal manera que el pasado ha condicionado tanto mi vida y ahora no soy capaz de subsistir sin mis recuerdos.

Otras personas están instaladas solo en el presente, el ahora inmediato, sin tomar en cuenta los errores pasados, lo vivido y sentido, queriendo tapar el sol con un dedo sin tener orden en lo que se vivió y de ahí que se arrastren muchas complicaciones afectivas. El peligro de no estar plenamente consientes de estos momentos pasados nos harán vivir un presente de inconsciencia.

El futuro es incierto, incluso de alguna manera no existe, ya que muchos factores que son improbables y aunque muchos quieren buscar tener el control de lo que va a suceder, sin hacer nada, como si fuera un momento mágico, donde no hago nada, no genero, no busco, simplemente algo o alguien superior dará y donde mi libertad o esfuerzo tienen nada que hacer, volviéndonos títeres de un destino que juega y se divierte con mis desgracias.

Otros se plantean ante el futuro como algo lejano que algún día se dará, se logrará, sin conectar el presente con el futuro, y por lógica ignorando el pasado.

Hay un hilo conductor entre estos tres momentos, que no podemos separar, y que debemos de ubicar en su justa dimensión.    

Querer olvidar esto complicaría mucho nuestras relaciones humanas. Pretender vivir sin tener un futuro por mínimo o simple que sea, es tanto como no reconocer en  nosotros posibilidades en las que podemos desarrollarnos.

Dice un dicho popular “ignorar el pasado es vivir condenando a repetirlo”,  muchos dicen no ignorarlo, pero no remedian nada de ese pasado, no hay un compromiso con él, responsabilizándonos ante lo que hemos vivido.

Algunas de las actitudes comunes de no asumir nuestro pasado, es justificar cada una de las cosas que hemos vivido, culpando o responsabilizando a otros de lo que nos ha pasado.


Culpamos a otros, somos víctimas en algunos casos, en otros simples observadores de lo que otros hacen y son. Vemos como la vida avanza, y estamos encerrados en actitudes que solo un milagro podría sacarnos de ahí....
....En este proceso de desprogramación buscamos precisamente esto. Reconocer que cosas estoy cargando, que elementos me han formado para poder avanzar por la vida.

Vivir el presente, lo que se está generando en este momento,  siendo parte del pasado que he llevado pero en gran medida estamos sobre los rieles que nos llevaran a un futuro próximo, no de cinco, diez o veinte años, sino al inmediato, a un mañana próximo que todos debemos de asumir, comprometernos y responsabilizarnos.

Mis relaciones de pareja están limitadas por mis prejuicios o dicho más simple por mis experiencias mal acomodadas en mi vida, soy un observador  de la vida, una víctima de las circunstancias, creyendo en que un día el príncipe (o princesa) azul tocara a mi puerta sin que yo haga hecho nada más que esperar.
Mi persona ideal esta tan saturada de cosas bellas que no toca una realidad y solo me divierto pasando el tiempo con los que me rodean.

Tristemente muchas personas así lo viven, están con quien no quieren estar, compartiendo una vida que no quieren, haciendo cosas que no quieren y con mucha facilidad le echamos la culpa a otros, encontrado frases tan absurdas como “porque Dios quiso”.

Deja de ser un títere, una víctima o un simple observador de la vida, sé el protagonista de lo que quieres y eres.

Prepárate para hacer preguntas y dar respuestas en el momento y situación adecuada, no para humillar o lastimar, sino para generar dinámicas nuevas, y será así como puedas ser íntegramente una opción para alguien más.

Deja esos sentimientos de orgullo, vanidad y autosuficiencia que no te han servido más que para sostener una soledad que no quieres, pero que tienes miedo a soltar.

Muchos se sienten bien en la soledad, por muchas razones que son validad, pero recuerda, no es una capacidad natural, sino aprendida, tu naturaleza es la de compartir, de vivir y estar en compañía, si fuera así la misma natura nos abría hecho capaces de auto reproducirnos, pero no es así, necesitamos, dependemos de otros.

Emmanuel Mounier decía “Somos en la medida que nos descubrimos en los demás”, solo cuando me abro ante otra persona, comparto y soy receptivo, me descubro a mí mismo. (...)  Fragmento del libro "Desprográmate" ECO 2013