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Hemos limitado nuestra participación en un relación sin involucrar mucho de nosotros, esperando que la otra persona haga algo y genere algo que me confianza, hemos ante puesto el orden en hacer y mantener una relación, a sólo ser observadores, esperando que algo o alguien genere y me impulse a responder.
La falta de compromiso nos hace ser más espectadores que protagonistas de nuestra propia vida. solemos tener una actitud donde observamos, criticamos, evaluamos, buscamos libros de autoayuda, novelas donde nos cuentan la historia de alguien más, que se atrevió a hacer y soñamos con que algo así nos pase, que llegue ese príncipe o princesa y resuelva todos los problemas por arte de magia, lamento decirte que no pasara algo así.
Y no es que sea pesimista, pero más bien no quiero caer en un positivismo que nos aleje de la realidad.
Reconocer que cualidades tienes, que elementos tienes, como vivir y desarrollar lo que eres hará que puedas comprometerte y responder a tu realidad.
Vivir un compromiso, equivale a tener conciencia de todo lo que soy y hago, incluyendo, política, religión, sociedad, sexualidad, conocimientos y estudios, para responder a lo que somos, el siguiente paso es responder a alguien más, y no que alguien me responda a mí, esa sería la consecuencia pero no la condición de mi compromiso.
Si conozco mis cualidades y características, las acepto, me reconozco como parte de mí, todo lo que soy y me hace ser, mi historia personal, familiar, afectiva, religiosa, cultural, emocional, hacen que sea lo que soy.
Muchos quieren que simplemente suceda, y si bien es cierto el tiempo puede curar, pero en el pasar del mismo, podemos tropezar y tropezar, cayendo en los mismos patrones de conducta, atrayendo al mismo tipo de personas, con características y actitudes similares. ¿Por qué?
Ahora se ha dado una figura social, que incluso algunos gobiernos han tenido que incluir la unión libre, la pregunta obligada es ¿libre de qué?
¿Por qué se ve al matrimonio como una forma de esclavitud y no gusto por querer compartir la vida?
El pragmatismo se ha vuelto un estandarte del sentirme bien, vivir lo práctico, lo que menos me complique, lo que no me comprometa y si llegamos a sentirnos así, tenemos que tener una mayor cantidad de cosas a favor sino lo evitamos a toda costa.
Muchos prefieren ser espectadores de su mundo, de su realidad, quejándose, criticando todo lo que pueden, dando opiniones al aire sin fundamentos, desde fuera, de lejos, a distancia, pero sin compromiso.
Algunas personas caen en otras actitudes que lejos de generar una dinámica de vida positiva, se complican a sí mismos, me refiero a los que se sienten víctimas y buscan su victimario, una dinámica complicada, sin que se tenga que caer en este fenómeno del síndrome de Estocolmo, donde la víctima se enamora de su agresor, más bien actúan como si lo fuera y refleja una actitud de poco compromiso, de entrada consigo mismo, después con un proyecto de vida, para que se generar un compromiso con alguien más.
Ser espectador o víctima es la forma pasiva de vivir la vida, no comprometida, incongruente, dejando que otros digan y hagan en mi vida.
El compromiso se da desde la actitud, desde la forma de interesarse en la otra persona, de querer participar con el dialogo.
¿Cuándo estoy con alguien mi relación es de un monologo donde hablo sin parar o es un dialogo donde ambos compartimos? ¿Hay días que fue tanto lo que hable que no di tiempo a que me compartieran algo?
Parte de un compromiso real está en el involucrarme en la medida de mis posibilidades con las actividades de la persona con quien me estoy relacionando, este puede ser un parámetro muy importante de reconocer si se va viviendo o no un compromiso.
En ocasiones desde nuestra óptica podemos sentir que sí, que si hay un compromiso personal, pero la otra persona posiblemente no la sienta de la misma manera, pero es fácil autoengañarse, si no hay un dialogo real.
La comunicación es la base, es el alimento que fortalece un compromiso, cuando uno va involucrando proyectos, actividades, planes, ideas, sentimientos se genera una congruente responsabilidad con la otra persona.
Si al estar con alguien quiero un compañero a mis actividades, busco quien me escuche, incluso en algunos casos, no sentirme solo, posiblemente no estoy viviendo un compromiso real, solo estoy usando de alguna manera a la persona y doy a cambio cosas que pueden generar daños y complicar mi libertad.
Algunas personas se involucran pero no se comprometen, esa es la diferencia, piensa en ¿Cómo han sido tus relaciones anteriores? ¿De qué forma son las relaciones que están cercanas alrededor? ¿Involucrados o comprometidos?
Hay una delgada línea entre estar involucrado y un compromiso, cuando me involucro, comparto algunas cosas de mí, expreso algunos sentimientos, ideas, momentos, me sirvo de la persona para no sentir soledad, pasando momentos lindos, agradables, simpáticos, incluso cuando se llega a presentar algo desagradable comparto, me solidarizo, muestro empatía, amabilidad, pero sigo estando al margen de un compromiso.
Pero sigue la pregunta en el aire: ¿Cómo darme cuenta si estoy involucrado o comprometido? ¿La persona con la que comparto, está involucrada o comprometida?
Veámoslo en primera persona:
En mi lista de cosas importantes de mi día, de mi vida, ¿está esa persona, sus actividades y proyectos en mi interés?
Cuando pienso en hacer algo, en generar algo en mi vida, ¿está incluida esa persona?
Ahora invirtamos el caso a tercera persona:
Los proyectos que hace y realiza ¿me interesan, me siento parte, siento interés por apoyarle, acompañarle, integrarme?, o ¿Solo me quedo a distancia, mostrando interés pero sin ser parte de lo que hace?
Cuando realiza una actividad, ¿me incluye o invita a participar, comparte la idea, el proyecto para que me integre? Puede darse un caso más aquí, si esta persona en cuestión cuando me invita o participa de algo, ¿Cómo reaccionas?
Compartir con una persona, hacer cosas en común, incluso cuando hay distancia de por medio, siempre se pueden encontrar formas de mostrar vínculos con esa persona.
En ocasiones el apoyo puede ser solo moral, en otras podemos participar en directo con la actividad, pero dependerá de cómo me sienta, si estoy involucrado o comprometido.
Querer un compromiso hace que todo lo que somos este ligado, se vaya vinculando a esa persona, si solo soy espectador, si me mantengo al margen o lo mantengo al margen de las actividades, puede que solo estés involucrado. (...)
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