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sábado, 26 de julio de 2014
2° Edición "Desprográmate" el libro
Gracias a todos los lectores y personas que han leído "Desprográmate", sobre las relaciones afectivas, de pareja.
Un libro para poder comprometerse plenamente y generar estabilidad.
Etiquetas:
amor,
Compromiso,
Desprográmate,
pareja,
Rompimiento,
sexualidad
viernes, 19 de julio de 2013
Necesitamos Santos- Texto Juan Pablo II
"Necesitamos Santos...
Necesitamos santos sin velo, sin
máscara.
Necesitamos Santos de
pantalones jeans y zapatillas.
Necesitamos Santos que van al
cine, escuchen música y paseen con los amigos.
Necesitamos Santos que coloquen
Dios en primer lugar, pero que sobresalgan en la universidad.
Necesitamos santos que tengan
tiempo diario para la oración y que sepan enamorarse de la pureza y la castidad
o que se consagren a su castidad.
Necesitamos Santos modernos,
Santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada
en nuestro tiempo.
Necesitamos Santos
comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales.
Necesitamos Santos que vivan en
el mundo, se santifiquen en el mundo y
que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos Santos que tomen
Coca-cola y coman panchos, que usen jeans, que sean actuales, que
escuchen discman.
Necesitamos Santos que amen la
Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar un refrigerio o comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos Santos que les
guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte.
Necesitamos Santos sociables,
abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros.
Necesitamos Santos que estén en
el mundo; y sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero que no sean
mundanos."
S.S. Juan Pablo II
Etiquetas:
amor,
Dios,
jeans,
sexualidad,
siglo XXI
martes, 18 de junio de 2013
El Rompimiento, fragmento del libro "Desprográmate" CEO
El
rompimiento
Toda
relación humana causa y crea un impacto que genera una marca en nuestras vidas,
de las cuales es difícil de superar sino se da un tiempo suficiente para sanar
esta experiencia.
No
solo me refiero a las relaciones de pareja, sino a toda relación humana, pero
algunas marcas no son sencillas de notar y menos de superar.
Partamos
de las relaciones de pareja, y el impacto que nos dan en la vida. Si lo vemos
desde un punto de vista neutral y positivo, cuando iniciamos una relación de
noviazgo, compartimos y experimentamos cosas que de primer momento por las
sensaciones y novedad juegan más un papel divertido y la adaptación es natural,
que cosas negativas.
Cuando
se da el quiebre o rompimiento, es fácil caer en extremos que van desde
sentimientos de dolor, tristeza, hasta ternura y lindos recuerdos hasta después
de un tiempo ver las cosas sin dolor. Después de que se termina una relación es
común pasar por estos sentimientos, que en algunos momentos hacen que caigamos
en posturas o actitudes más violentas o agresivas contra esa persona afectándonos
a nosotros mismos y a lo que comúnmente llamamos estar despechado.
Todos
los sentimientos se alteran y hace que hagamos y digamos cosas que podemos
llegar a arrepentirnos pero es por tener una acumulada carga de cosas que no se
acomodaron en el lugar y momento indicado.
Cuando
se da un pleito o una diferencia en una relación suelen salir comentarios muy
añejos, de mucho tiempo, que no se dijeron en el momento y lugar adecuado, y
cuando se dicen ya es en algunas ocasiones demasiado tarde y traen más cosas
agregadas o acumuladas con sentimientos negativos.
¿Por
qué se da esto? Porque no nos enseñaron
a decir las cosas malas en una relación humana, sea del tipo que sea la
relación y aquí es donde este rompimiento abarca más aéreas de nuestras vidas y
se ven reflejadas en los rompimientos de
las relaciones de pareja.
En
muchos momentos de nuestra vida, hemos vivido cosas negativas, algunas que por
la naturaleza propia de nuestra mente bloqueamos, al grado de que puede pasar
que encontramos a alguien en la calle y pensamos: “ahí va tal persona, pero ya
no recuerdo por que nos peleamos, sólo sé que no le hablo”. La mente hizo su
parte, sano nuestras heridas pero también se dieron los factores del tiempo y
con la distancia poco a poco acomodaron las cosas.
En
un caso más cercano y complicado como lo es con uno de nuestros padres o
hermanos, no es fácil poner distancia, no es sencillo alejarse y simplemente
dar la vuelta. Algunos optan por salirse en la primera oportunidad que se les
presenta, que puede ser con situaciones socialmente muy validas, pero que en el
fondo tienen esta razón, no querer estar más cerca de esa persona que me
desagrada y causa conflicto. Pero no se soluciono nada, solo nos alejamos,
enfriamos el sentimiento, nada más.
¿Cómo
resolverlo, cómo darme cuenta? Esta es una dinámica complicada, que requiere de
mucha sinceridad, honestidad, franqueza y humildad. (...)
lunes, 10 de junio de 2013
El Compromiso, fragmento del libro "Desprográmate"
(...)
Hemos limitado nuestra participación en un relación sin involucrar mucho de nosotros, esperando que la otra persona haga algo y genere algo que me confianza, hemos ante puesto el orden en hacer y mantener una relación, a sólo ser observadores, esperando que algo o alguien genere y me impulse a responder.
La falta de compromiso nos hace ser más espectadores que protagonistas de nuestra propia vida. solemos tener una actitud donde observamos, criticamos, evaluamos, buscamos libros de autoayuda, novelas donde nos cuentan la historia de alguien más, que se atrevió a hacer y soñamos con que algo así nos pase, que llegue ese príncipe o princesa y resuelva todos los problemas por arte de magia, lamento decirte que no pasara algo así.
Y no es que sea pesimista, pero más bien no quiero caer en un positivismo que nos aleje de la realidad.
Reconocer que cualidades tienes, que elementos tienes, como vivir y desarrollar lo que eres hará que puedas comprometerte y responder a tu realidad.
Vivir un compromiso, equivale a tener conciencia de todo lo que soy y hago, incluyendo, política, religión, sociedad, sexualidad, conocimientos y estudios, para responder a lo que somos, el siguiente paso es responder a alguien más, y no que alguien me responda a mí, esa sería la consecuencia pero no la condición de mi compromiso.
Si conozco mis cualidades y características, las acepto, me reconozco como parte de mí, todo lo que soy y me hace ser, mi historia personal, familiar, afectiva, religiosa, cultural, emocional, hacen que sea lo que soy.
Muchos quieren que simplemente suceda, y si bien es cierto el tiempo puede curar, pero en el pasar del mismo, podemos tropezar y tropezar, cayendo en los mismos patrones de conducta, atrayendo al mismo tipo de personas, con características y actitudes similares. ¿Por qué?
Ahora se ha dado una figura social, que incluso algunos gobiernos han tenido que incluir la unión libre, la pregunta obligada es ¿libre de qué?
¿Por qué se ve al matrimonio como una forma de esclavitud y no gusto por querer compartir la vida?
El pragmatismo se ha vuelto un estandarte del sentirme bien, vivir lo práctico, lo que menos me complique, lo que no me comprometa y si llegamos a sentirnos así, tenemos que tener una mayor cantidad de cosas a favor sino lo evitamos a toda costa.
Muchos prefieren ser espectadores de su mundo, de su realidad, quejándose, criticando todo lo que pueden, dando opiniones al aire sin fundamentos, desde fuera, de lejos, a distancia, pero sin compromiso.
Algunas personas caen en otras actitudes que lejos de generar una dinámica de vida positiva, se complican a sí mismos, me refiero a los que se sienten víctimas y buscan su victimario, una dinámica complicada, sin que se tenga que caer en este fenómeno del síndrome de Estocolmo, donde la víctima se enamora de su agresor, más bien actúan como si lo fuera y refleja una actitud de poco compromiso, de entrada consigo mismo, después con un proyecto de vida, para que se generar un compromiso con alguien más.
Ser espectador o víctima es la forma pasiva de vivir la vida, no comprometida, incongruente, dejando que otros digan y hagan en mi vida.
El compromiso se da desde la actitud, desde la forma de interesarse en la otra persona, de querer participar con el dialogo.
¿Cuándo estoy con alguien mi relación es de un monologo donde hablo sin parar o es un dialogo donde ambos compartimos? ¿Hay días que fue tanto lo que hable que no di tiempo a que me compartieran algo?
Parte de un compromiso real está en el involucrarme en la medida de mis posibilidades con las actividades de la persona con quien me estoy relacionando, este puede ser un parámetro muy importante de reconocer si se va viviendo o no un compromiso.
En ocasiones desde nuestra óptica podemos sentir que sí, que si hay un compromiso personal, pero la otra persona posiblemente no la sienta de la misma manera, pero es fácil autoengañarse, si no hay un dialogo real.
La comunicación es la base, es el alimento que fortalece un compromiso, cuando uno va involucrando proyectos, actividades, planes, ideas, sentimientos se genera una congruente responsabilidad con la otra persona.
Si al estar con alguien quiero un compañero a mis actividades, busco quien me escuche, incluso en algunos casos, no sentirme solo, posiblemente no estoy viviendo un compromiso real, solo estoy usando de alguna manera a la persona y doy a cambio cosas que pueden generar daños y complicar mi libertad.
Algunas personas se involucran pero no se comprometen, esa es la diferencia, piensa en ¿Cómo han sido tus relaciones anteriores? ¿De qué forma son las relaciones que están cercanas alrededor? ¿Involucrados o comprometidos?
Hay una delgada línea entre estar involucrado y un compromiso, cuando me involucro, comparto algunas cosas de mí, expreso algunos sentimientos, ideas, momentos, me sirvo de la persona para no sentir soledad, pasando momentos lindos, agradables, simpáticos, incluso cuando se llega a presentar algo desagradable comparto, me solidarizo, muestro empatía, amabilidad, pero sigo estando al margen de un compromiso.
Pero sigue la pregunta en el aire: ¿Cómo darme cuenta si estoy involucrado o comprometido? ¿La persona con la que comparto, está involucrada o comprometida?
Veámoslo en primera persona:
En mi lista de cosas importantes de mi día, de mi vida, ¿está esa persona, sus actividades y proyectos en mi interés?
Cuando pienso en hacer algo, en generar algo en mi vida, ¿está incluida esa persona?
Ahora invirtamos el caso a tercera persona:
Los proyectos que hace y realiza ¿me interesan, me siento parte, siento interés por apoyarle, acompañarle, integrarme?, o ¿Solo me quedo a distancia, mostrando interés pero sin ser parte de lo que hace?
Cuando realiza una actividad, ¿me incluye o invita a participar, comparte la idea, el proyecto para que me integre? Puede darse un caso más aquí, si esta persona en cuestión cuando me invita o participa de algo, ¿Cómo reaccionas?
Compartir con una persona, hacer cosas en común, incluso cuando hay distancia de por medio, siempre se pueden encontrar formas de mostrar vínculos con esa persona.
En ocasiones el apoyo puede ser solo moral, en otras podemos participar en directo con la actividad, pero dependerá de cómo me sienta, si estoy involucrado o comprometido.
Querer un compromiso hace que todo lo que somos este ligado, se vaya vinculando a esa persona, si solo soy espectador, si me mantengo al margen o lo mantengo al margen de las actividades, puede que solo estés involucrado. (...)
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amor,
Compromiso,
respeto,
sexualidad
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