Señor, tu me llamaste para ser instrumento de tu Gracia,
para anunciar la Buena Nueva, para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente, mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste para curar los corazones heridos para gritar,
en medio de las plazas, que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos, haz lo que quieras conmigo.
Señor, tu me llamaste para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén
Himno de laúdes del jueves II semana del salterio.
Tomo VI, LITURGIA DE LAS HORAS
No importa que misión o tarea tengamos encomendada, el fin es el mismo "ser intrumento de Gracia"C Escorza O
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